miércoles, 9 de julio de 2014

Paniza, Daroca, Teruel norte y otras carreteras secundarias...

La ruta de la que os voy a hablar hoy, se aleja de las tierras monegrinas a las que ya os tengo acostumbrados y nos adentra de lleno en una tierra que bien podría ser un claro ejemplo de aquello en que la vida rural de Aragón se ha convertido.


La nacional 330/234, más conocida como la "carretera vieja" de Teruel duerme tranquila, alejada del ruido y las prisas que producen el terrible progreso y el hormigón. A su marcha, como siempre ha sido ella.


Por su agrietado y maltrecho asfalto que tanto tráfico han sostenido durante años ha quedado relegada a un segundo plano, en favor de las prisas por llegar a latitudes más meridionales; no se me confundan, que esa autovía (La Mudéjar que la llaman) no es la autovía de Teruel, sino la que en poco más de dos horas alcanza la tierra de las naranjas, las fallas, el Mare Nostrum y la madre que la parió...


Cuando uno rueda por aquella carretera no puede evitar recordar por un momento aquella película de animación de la factoría Disney/Pixar llamada "Cars", donde unos simpáticos coches parlantes vivían en un pueblo aislado por una nueva super-autopista, abocados al abandono y a la destrucción de sus sencillas formas de vida.
Era curioso comprobar cuantísimo se asemejaban tópicos como el deterioro del firme, las mismas gasolineras precintadas, los mismos bares y hoteles de carretera chapados, etc... Con una única e insalvable diferencia, que no es otra que la diferencia entre la ficción y la realidad.


Aquella carretera alberga al menos una treintena de pueblos (tan sólo desde Zaragoza a Teruel capital) a los que flaco favor le ha hecho el trazado de la A-23. En esos treinta municipios, no viven coches parlantes, ni coches de carreras con afán de superación, no nos engañemos. Esos cada vez menos poblados y más envejecidos municipios están habitados por personas cuya forma de vida está anclada al medio rural, el cual agoniza a uno y otro lado de la autopista, como un fusilado en la cuneta o un zorro atropellado en el arcén.


Y es que todo se acaba resumiendo a una cuestión de tiempo, pues nosotros, bien seamos el turista, el viajero, o el rutero, tenemos demasiada prisa. Demasiada prisa en llegar a Valencia, a la playa o a las fiestas de Teruel.


Yo quiero invitar desde este humilde blog a que conozcáis joyas como Daroca, a que probéis el Jamón de Calamocha o que descubráis lo fuerte que suenan las campanas de la iglesia de San Martín del Río.¡ Eso sí que es Mudéjar y no la autopista!











INICIO DE LA RUTA


Domingo 6 de Julio de 2014, parcialmente nublado, sin aire.


Como acostumbro, iniciaré la ruta desde mi pueblo, Alfajarín, y me adentraré a la N330 tras cruzar la Z40 que abraza la inmortal ciudad de Zaragoza por el sur, hasta enlazar con la A23. Evitaremos durante unos kilómetros el tomar la N330 para evitar la densidad de tráfico y las peligrosas rotondas que se agolpan en Cuarte, María de Huerva y alrededores hasta tomar la salida de Botorrita.


Una vez adentrados en la N330 de lleno, comprobaremos de primera mano la anchura de la carretera que será constante durante toda la ruta. Así mismo, comprobaremos la escasa densidad de tráfico con que cuenta este tipo de vía, relegada a un segundo plano y conquistada por ciclistas y moteros en domingos y demás fiestas de guardar.


Realizaremos el primer tramo que nos llevará hasta Cariñena, atravesando mediante travesía la población de Longares. Se trata de 73 kilómetros muy tranquilos, llanos y bastante rectos que nos servirán de preámbulo a uno de los grandes alicientes de esta ruta: Paniza.




EL ALTO DE PANIZA Y DAROCA.


Una vez rebasada Cariñena, con sus vides y bodegas flanqueándonos a ambos lados, encararemos las verdes faldas de la sierra de Algairén, una destacada estribación del Sistema Ibérico. Notaremos como tras atravesar un par de rotondas de manufactura bastante reciente la carretera empieza a picar suavemente hacia arriba. El puerto de Paniza cuenta con dos amplios carriles de suaves y rapidas curvas a aizquierda y derecha, contando además con un tercer carril adicional para el tráfico lento en las subidas.
Prácticamente en la cima del puerto (938 m), pasaremos bajo las pilastras que sujetan la autovía y llegaremos a un gran edificio abandonado: el antiguo bar restaurante "el Balcón".


Tras una leva bajada de curvas igual de rápidas e igual de suaves, notaremos cómo la carretera vuelve a picar hacia arriba para alcanzar el alto de Huerva, hermano pequeño de el de Paniza.


De nuevo una bajada rápida y suave que nos llevará parejos al río Huerva, deleitándonos con el olor de su ribera y con la sombra de su vegetación.


Poco kilómetros después, el campo y las tierras de labriego nos anunciarán que estamos llegando a Mainar, donde las tierras de secano nos acompañarán un buen trecho hasta nuestro siguiente objetivo: La imponente ciudad de Daroca. Escenario de un sinfín de episodios de la más profunda y arraigada historia de Aragón, desde la época de los romanos, el islam, la Edad Media o las Guerras Carlistas. Muy recomendable parada para repostar y conocer sus calles, edificios y monumentos más significativos.



HACIA CALAMOCHA


Si antes teníamos el placer de acompañar al río Huerva en una fase mucho más primigenia de la que es su trasiego y muerte en las calles de Zaragoza, ahora es el turno del Jiloca.


La también poco transitada N234 nos servirá de modo de enlace con Calamocha, atravesando poblaciones tan singulares como San Martín del Río, Báguena o Burbáguena (AKA La Bur), anunciadas por sus respectivas torres mudéjares, espectaculares y a cual más representativa del estilo.


Finalmente alcanzaremos Calamocha, famosa por sus jamones, donde a ambos lados de la travesía podemos encontrar buenos lugares tanto para tomar un tentempié como para proveernos de algún "recordatorio" (véase un jamón con DO Teruel, for example). Teniendo en cuenta que todavía no hemos alcanzado el ecuador de nuestra ruta (120 kms) y que se avecinan varias tiradas largas, parar a repostar y a almorzar en Calamocha es muy buena opción.




CRUZANDO EL NORTE DE TERUEL




Bajaremos hasta Caminreal para tomar la N211 dirección Montalbán. Se puede ir por otras rutas a través de carreteras comarcales como la A 1508, que discurre junto al río Pancrudo y que nos sirve de atajo, pero se trata de calzadas demasiado estrechas y aunque menos transitadas (todavía) que la N211, la calidad del firme deja mucho que desear. No obstante, queda a elección del motorista escoger una u otra, pues ambas van a encontrarse en la población de Vivel del Río Martín.
A destacar en este tramo los paisajes despoblados, la tierra rojiza y la sensación de tranquilidad.


Es un tramo largo (desde Calamocha unos 58 kilómetros), en el que encontraremos tanto a izquierda como a derecha una buena colección de desvíos a carreteras secundarias que conectan a través de montes y valles con poblaciones más alejadas. Dependiendo del tipo de moto (trail o enduro) se pueden convertir en alternativas dignas de descubrir si salimos con tiempo.


Continuaremos dirección Montalbán/Utrillas hasta una rotonda que nos mandará por la A 222 dirección norte, hacia la población de Muniesa.



LA HOZ DE LA VIEJA


A pesar de ser una carretera "secundaria", es un tramo relativamente ancho y con un asfalto en bastante buen estado. Cuenta con bastantes curvas rápidas y se convierte en uno de los tramos más divertidos de la ruta, donde el paisaje de la sierra de Cucalón se convierte en cómplice para presentarnos "La Hoz de la Vieja". Se trata de un pueblo que sorprende por su enclave en una ladera, a la sombra de los restos de su castillo.


Apenas llevaremos recorridos 20 kilómetros de la A 222 cuando dejaremos atrás la sierra y el llano volverá a hacer su aparición para llevarnos hasta Cortes de Aragón y Muniesa.




CAMPO DE BELCHITE


Continuaremos por la A 222 a través de interminables rectas hasta alcanzar la localidad de Lécera y poco después la de Belchite.


Ya sólo queda una tirada para llegar a casa de 40 kilómetros a través de la interminable recta de Belchite,




CONCLUSIÓN

290 kilómetros que surcan el suroeste de la provincia de Zaragoza y el norte de Teruel. Carreteras muy poco transitadas y con un asfalto bastante bueno en la mayoría de los casos. Recomendable realizar de cara al buen tiempo debido al posible mal estado de las carreteras en invierno en Paniza y en la zona de la A 222 antes de llegar a la Hoz de la Vieja.


Ruta fácilmente ampliable hacia cualquier dirección y con posibilidad de dar media vuelta (si no hemos sobrepasado Calamocha) por la A 23 en caso de necesidad.


Recomendable hacer con tiempo y detenerse en Daroca y Calamocha casi obligatoriamente.















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