miércoles, 22 de noviembre de 2017

EN EL PAIS DE LA CELTIBERIA - Episodio I: Territorio Belo

Esta es la primera de una serie de rutas que voy a realizar por los enclaves históricos de los que fueron los territorios de la Celtiberia.



Tras meses de estudio y localización sobre los mapas (Iberprix, Google Earth) de los principales yacimientos arqueológicos me he propuesto recorrer los antiguos territorios que poblaron las distintas tribus celtíberas. El celtíbero, como su propio nombre indica, viene a ser un híbrido de íbero (ocupando el este de la Península) y el celta (al oeste). Los arévacos, belos, lusones, etc. contaban con sus propias costumbres, jerarquías y leyes que los hicieron diferentes de las otras dos etnias principales. Dichos lugares se encuentran situados principalmente en las actuales provincias de Burgos, Soria, Zaragoza, La Rioja, Teruel, Cuenca y Guadalajara, contemplando un territorio que constituye probablemente el desierto demográfico más grande de España y probablemente uno de los más grandes de Europa.

Se trata de rutas distintas a las que he venido realizando hasta ahora, en las que el objetivo principal consistía en buscar un determinado puerto de montaña o una carretera sinuosa. De aquellas rutas, extraje la satisfacción de encontrar lugares increíbles a mi paso.
En este caso, el objetivo de las rutas serán los enclaves celtíberos en cuya búsqueda espero encontrar las mejores carreteras y los mejores puertos.
Otro de los elementos diferenciadores será el hecho de que estas rutas no van a ser 100% asfalto, sino que van a ser un combinado de carretera/pista (95%/5%), dado que los yacimientos, las necrópolis y los oppidium celtíberos, en más del 90% de los casos cayeron en el olvido tras la romanización quedando apartados fuera de los cascos urbanos actuales, quedando en muchas ocasiones en terrenos inaccesibles.

Para ponerme las cosas un poco más fáciles, he decidido cambiar el neumático que venía de serie en la 1050 (un Metzeler liso) por un Mitas Terra Force R, con un dibujo bastante más pronunciado que el estándar, sin llegar a ser un 50/50 que tan de moda se han puesto entre los traileros ya que como he comentado antes, el porcentaje de Off Road que se va a hacer es prácticamente testimonial.




Episodio I: Territorio Belo.

Sábado 18/11/2017 - 240 kms.

Ya con el otoño encima y después de unos días de cierzo intenso aprovecho lo que parece una tregua del famoso viento del noroeste para volver a rodar por las carreteras secundarias en busca de nuevas experiencias y nuevos lugares que descubrir. Tras un mes de octubre prácticamente en manga corta, por fin ha vuelto el otoño que todos recordábamos de cuando éramos críos de chaqueta, cierzo,  las hojas caídas de los árboles y todo el día en la calle jodidos de frío.

La mañana está fresca, pero los 10º son bastante llevaderos con la ropa y los guantes adecuados. Como dice el dicho popular "el cierzo ni madruga ni trasnocha", así que como yo tampoco he madrugado en exceso, me tocará sufrir en mis carnes el efecto del viento que me irá acompañando este primer tramo de apenas 25 kms. con los consecuentes bandazos que ello conlleva.

Kontrebia Belaisca

Es un tramo de autovía totalmente desprotegido de montañas, vegetación o edificios en que el cierzo pega fuerte de lado. Enseguida alcanzo el cruce de Botorrita y en cuestión de metros ya estoy en la carretera A-2101. En ese tramo, he atravesado la delgada línea imaginaria que en su día fuese frontera entre el territorio íbero de Salduie (la actual Zaragoza) y el celtíbero de los belos.

En apenas 1 km llego a la localidad de Botorrita, en la cual deberé entrar para coger el desvío a la izquierda (marcado con una señal que indica el yacimiento). Es preferible no ir por donde marca la señal, sino ir por la izquierda, pegado a los pinos y ya tomar el camino de gravilla hacia el norte.

A unos 500 mts. en línea recta nos encontraremos de frente con el cabezo de Las Minas, coronado por un característico tejado que protege los restos de la que fue la gran Kontrebia Belaisca.

El nombre de la ciudad (aunque las distintas fuentes no terminan de ponerse del todo de acuerdo) viene a significar algo así como "reunión de casas de los Belos" o "reunión de los Belos". Los Belos (también llamados Bellos -debían ser guapísimos, jeje- o Belaiscos) fueron una importante tribu celtíbera, de destacados guerreros y jinetes. Los romanos alabaron sus poderosas armas, forjadas en un hierro mucho más duro y resistente que el suyo que llego a tener la consideración de auténtico acero. Vestían el sagum, el característico sayo que los resguardaba del frío obtenido de la piel de los animales que criaban. Por su cercanía a las fértiles riberas del Huerva y el Jalón, la agricultura también fue una de sus principales actividades de sustento, destacando el olivo y los cereales.

A nivel arqueológico, uno de los legados más importantes que han dejado los belos de Kontrebia, son los llamados "Bronces de Botorrita" (expuestos en el museo Provincial de Zaragoza), son 4 tablillas de bronce escritas en latín y en lengua celtíbera en las que se resuelven varios pleitos judiciales. Destaca uno de ellos que media entre la ciudad sedetana de Salduie (Zaragoza) y la vascona Alaun (Alagón).

Detalle muralla y foso de Kontrebia Belaisca

La ciudad fue fundada entre los S. IV y V a.c. y destruida finalmente en el 49 a.c durante la guerra civil romana entre Julio Cesar y Pompeyo. Entre medio, fue escenario del final de la Primera Guerra Celtíbera, siendo arrasada y sufriendo el exterminio de toda su población en el 179 a.c.
Constaba de una muralla, un foso y una acrópolis con un gran edificio presidiendo el conjunto. En la actualidad, la dejadez y el abandono se están comiendo lo poco que queda de la gran Kontrebia Belaisca. Las ruinas, aunque protegidas por un tejado de chapa, sufrieron las obras de construcción de una fábrica situada parcialmente sobre el yacimiento en cuya construcción se excavó y se amontonaron escombros sin ningún tipo de miramiento vulnerando por completo el patrimonio arqueológico.
El acceso a las ruinas está cortado por una valla, hay un cartel explicativo descolorido y un parking con una caseta abandonada. Es una auténtica pena comprobar de primera mano lo poco que le importan a las instituciones nuestra historia y nuestro patrimonio. El conjunto se encuentra en un lamentable estado de dejadez y abandono.

Tras tirar las fotos de rigor vuelvo tras mis pasos hacia Botorrita y encaro la carretera A-2101 dirección Jaulín y Fuendetodos.

Este es un tramo de unos 25 kilómetros bastante peculiar, de un paisaje agreste, solo roto por los enormes molinos de viento que giran accionados por la incansable fuerza del cierzo. Tiene unas buenas curvas que se adaptan a la orografía del terreno y algún que otro tramo de subida que no llega a considerarse puerto pero que hacen bastante entretenida la conducción. El único inconveniente (para un motociclista, ya que para un ciclista seguramente sea una carretera cojonuda) es que es un "tramo de vía pacificada" una de esas ideas pro-bicicleta que tan de moda se han (im)puesto últimamente que consiste en reducir la velocidad de la carretera a 50 kms/hora en las horas de mayor tránsito de bicicletas durante el fin de semana. Estamos hablando de una carretera de una anchura considerable, con sus dos carriles, sus arcenes y exceptuando tres o cuatro curvas ciegas, con una visibilidad excepcionalmente buena. Pero al parecer no es suficiente con el metro y media de distancia y confiar en el civismo de los conductores.

Carretera Jaulín - Fuendetodos

Así pues, desde este blog, recomendaré a todos los motociclistas que vayáis a hacer esta ruta, que evitéis este tramo en sábado/domingo (porque lo más probable que puede suceder es que el helicóptero de la DGT esté rondando los cielos, eso sí, por la seguridad de los ciclistas, no penséis mal!) y hagáis el enlace hasta Cariñena por la autovía.

Desde Fuendetodos continuaré hasta Villanueva de Huerva y ahí, enlazaré con la A-1101 hasta Herrera de los Navarros pasando por Aguilón en un tramo de carreteras secundarias (casi casi terciarias) estrechas, bacheadas y con bastante gravilla.

Por contraposición, el paisaje es entretenido y cambiante. De Villanueva a Aguilón iré acompañando al río Huerva prácticamente hasta poco antes de que se retenga su cauce en el embalse de las Torcas, entre pinares, lomas, hermitas y barrancos que me acompañarán hasta las puertas de la comarca del campo de Cariñena.

Como trazado alternativo al que planteo en esta ruta,en Fuendetodos se puede tomar el desvío hacia Azuara, en cuyo "Piquete de la Atalaya", situado a las afueras de la ciudad, en dos montículos situados a los lados de la carretera que conduce hasta Moyuela, sobre la vega del río Cámaras se encuentran localizados los restos de la que fue la ciudad Bela de Beligiom (o Belikiom). Actualmente los restos se encuentran sepultados para su conservación y posterior estudio, pero la abundancia de moneda encontrada con el topónimo de esta ciudad indica que fue un oppidium muy importante. Durante años, su emplazamiento se atribuyó erroneamente en Belchite o Azaila (situando al ciudad en el emplazamiento que ocupa el Cabezo de Alcalá). Los restos de proyectiles encontrados en el yacimiento indican que el final de esta ciudad fue violento e implicó la destrucción de la misma al tomar partido en las guerras Sertorianas.


Continuando por la A-1101 hacia Herrera de los Navarros el trazado se suavizará, como el paisaje, que dará paso a amplias zonas de cultivo. A frente asoma en la lejanía la Sierra de Herrera con el característico color verde oscuro que ajeno al cambio de estación le confieren los quejigos y las carrascas. En la cima del pico mas alto asoma el santuario de la Virgen de Herrera, una subida a más de 1.300 mts. de altura que se puede hacer desde la carretera que va de Herrera a Villar de los Navarros.

En Herrera de los Navarros también se haya un asentamiento conocido como "los Castellares" situado al sureste del pueblo probablemente poblado por Belos cuya visita (poco accesible por camino) dejo para otra ocasión. Hay que tener en cuenta que muchos de los castros celtíberos que han llegado a nuestros días se reducen a una escombrera de piedras en mitad de un campo por lo que sumando el poco o nulo valor arqueológico del yacimiento a la inexistente historia del lugar en concreto, hacen que descarte la visita a los restos.


Iglesia de Luesma
Desde Herrera encararemos la A-1506 hasta el pueblo de Romanos, con una tónica muy similar a la carretera que hemos estado recorriendo desde Aguilón con un trazado quizá un poco más accidentado, con más subidas y bajadas, pues estamos cruzando una zona en la que confluyen varias serranías del Sistema Ibérico, como son la Sierra de Herrera, del Peco o de la Pajaranca. Por el camino me detengo a fotografiar la característica iglesia mudéjar de Luesma, asentada sobre un espolón de roca, así como el curioso "monumento natural" que nos encontramos a la salida de Fombuena con una carrasca solitaria coronando una roca.

Tras 25 kms. llego a Romanos y ahí enlazo un tramo de unos 23 kms. por la autovía Mudéjar dirección Cariñena. En caso de que se vaya con tiempo y ganas, se puede hacer este mismo recorrido por la carretera vieja de Teruel (la N-330) y subir el Puerto de Paniza; pero hoy lo dejaremos para otra ocasión (para más información sobre el puerto y la zona del campo de Cariñena:  http://avueltasconlamoto.blogspot.com.es/2017/07/paniza-fuendetodos-de-ruta-por-el-campo.html  )

Carrasca colgada en una roca antes de llegar a Fombuena

Tomo la salida y callejeo un poco dirección Aguarón por la A-1504. La carretera es bastante mejor que todas las que hemos recorrido hasta ahora. El paisaje, muy propio de la zona en la que estamos se encuentra surcado a izquierda y derecha por hectáreas y hectáreas de viñas de la D.O. Cariñena. Al frente, se levanta imponente la Sierra de Algairén, la cual cruzaremos a través del Puerto de Codos (1.040 mts.). Este puerto (actualmente con bastante gravilla, ya que está en fase de mejora del asfaltado) es una auténtica sorpresa, dada su longitud (6 kms de subida y 5 de bajada), su trazado, así como las espectaculares vistas de la sierra y el campo de Cariñena que se tienen desde su cima.

Puerto de Codos

Al otro lado nos espera el valle del río Grío, en cuyo fondo descansa Codos. Ahí continuaremos por la A-1504 siguiendo el curso del Güeimil, un pequeño riachuelo en cuyas discretas riberas encontraremos las únicas manifestaciones del otoño con un manto de hojas caídas y algún que otro árbol con la copa amarillo y naranja (a juego con la KTM) pendiente de cambiar de pelaje, haciendo un gran contraste con el resto del entorno.


Bordeamos la Sierra del Espigar y entramos de lleno en el valle del río Perejiles, una profunda hondonada donde encontramos el más acusado de los contrastes, dejando atrás las zonas de bosque, matorral y tierra rojiza, dando paso a un paisaje más típico del valle del Ebro, con su tierra blanquecina y unos característicos cultivos en terraza.

En el valle se encuentra Miedes y a 4 kms. de ahí la localidad de Mara, un modesto pueblo de apenas 200 habitantes en el que más de 2.000 años atrás se asentó la ciudad más importante de toda la Celtiberia: Segeda.

También citada por las fuentes como Sekeiza o Sekeida, se alzaba entre las actuales localidades de Mara y Belmonte de Gracián en una loma conocida como el Poyo de Mara. Para acceder a las excavaciones es preciso continuar hacia Belmonte, tomar el desvío a la derecha y coger un camino de tierra junto a unas viñas. La referencia que hay que tomar es la propia loma, coronada por un par de árboles y con signos evidentes de excavaciones y manipulación del terreno.

He de agradecer desde estas líneas a un runner que muy amablemente me indicó dónde se encontraban los distintos puntos con que contaba el yacimiento, ya que no hay ninguna señal ni indicación que marque cómo llegar a las excavaciones.

El Poyo de Mara

Eclipsada por la capital arévaca de Numancia, la ciudad de Segeda (cuyo nombre viene a significar "la poderosa") era una enorme ciudad que el propio Apiano describió de 40 estadios de extensión, una cifra equivalente a 14 hectáreas (casi el doble que Numancia) y en la que se calcula que vivieron entre 5.000 y 8.000 habitantes.

En el año 179 a.c. como condición al fin de la Primera Guerra Celtibera, el Cónsul Sempronio Graco (el autor de la destrucción de Kontrebia Belaisca), firmó un pacto con las ciudades celtíberas. A cambio de los correspondientes tributos monetarios y de tropas, los romanos se establecieron en Gracurris (la actual Alfaro) manteniendo durante unos años de paz con las poblaciones indígenas.

Segeda

Desplazados por el avance de Roma, la tribu de los Tittos recibió asilo en "la Poderosa" Segeda, estableciéndose en un anexo a la propia ciudad. Conscientes de que el pacto con Roma no duraría eternamente, los Belos de Segeda levantaron unas enormes murallas de defensa de la ciudad de 4 metros de anchura.

Roma, encontró en la construcción de las murallas la excusa definitiva y para romper el pacto con los Celtíberos y la utilizó como casus belli.

Tal era el respeto que infundía en Roma la posibilidad de enfrentarse a los Celtíberos que decidieron cambiar las kalendas, (hasta entonces el año romano comenzaba en los Idus de Marzo (13-15 de marzo), fecha en que se elegía a los Cónsules, líderes político-militares), pero la necesidad de ganar tiempo y alcanzar Segeda antes del verano hicieron que se adelantase la fecha al 1 de enero, cambiando para ello el calendario quedando tal y como lo conocemos hoy en día.

Por ello se puede encontrar la explicación de los nombres de los meses quedando septiembre (el mes séptimo) como noveno, octubre (el mes octavo) como el décimo, noviembre (noveno) como onceavo y diciembre (el décimo) como el doceavo.

La casa del estrigilo

Así pues, en el 154 a.c. se inició la Segunda Guerra Celtíbera, en la que los habitantes de Segeda abandonaron la ciudad ante el avance de los 30.000 hombres del Cónsul Nobilior. Sus habitantes se refugiaron en la vecina ciudad arévaca de Numancia, mientras los romanos destruían la ciudad abandonada de Segeda. Nobilior se viene arriba con esta victoria relámpago y se lanza tras los belos en pleno territorio arévaco (la actual provincia de Soria). Ahí, el caudillo Caro de Segeda, junto a las fuerzas arévacas emboscó a los hombres de Nobilior causando más de 6.000 bajas entre sus filas. Aunque el general Belo pagó con su vida la hazaña, la derrota quedó marcada en el imaginario colectivo de Roma, ya que el 23 de Agosto, día fasto (de actividad) en honor a Vulcano, pasó a ser un día nefasto en que a partir de ese momento, los generales romanos se negarían a entrar en combate en el aniversario de la masacre.

Nobilior lanzó su primera ofensiva sobre los celtíberos pertrechados en Numancia siendo rechazado una y otra vez. El invierno se les echó encima y decidió retirarse en una tregua que duraría 8 años.

Durante este tiempo se levantó Segeda II, en Durón, más cerca de Belmonte de Gracián; una ciudad de planta romana, con sus trazados regulares de calles rectas.

Posteriormente, los celtíberos tomaron parte en las guerras Sertorianas (guerra civil romana) del lado de los derrotados, por lo que Segeda II también fue destruida en el año 80 a.c. aprox.

Se dice que los habitantes de esa ciudad fundaron la Bilbilis celtíbera (Calatayud), aunque es una teoría que no está del todo demostrada.

A nivel arqueológico, se pueden encontrar en el Poyo de Mara los restos de las construcciones que se dispusieron en las laderas de la loma, extendiéndose hacia los límites de la montaña. Actualmente se encuentra todo cubierto y soterrado dejando ver tan solo algún saliente de piedra.

Recreación de casa celtíbera de adobe.

En la base de la montaña se ha recreado una casa de adobe de la época, así como se muestra el plano de lo que fue la casa del estrigilo (un rascador muy usado en termas y baños). Destacan también los restos de la muralla, la casa del lagar y el santuario, de compleja estructura basada en la orientación de los equinoccios, el solsticio de verano, el norte y la Parada Mayor de la Luna.

El yacimiento está parcialmente cubierto y hay que tirar bastante de imaginación para entender la dimensión del emplazamiento. No hay ninguna valla ni marca que impida el paso a cualquiera, por lo que el riesgo de saqueo y vandalismo es bastante alto.
La verdad es que cuando estás ahí, te invade una sensación de dejadez más acusada incluso que la que se puede sentir en Kontrebia Belaisca. Segeda debería ser un símbolo de los aragoneses, una visita obligada a nuestra cultura y nuestra historia porque es nuestro patrimonio. Debería enseñarse en los colegios, promocionarse, documentarse y convertirla en parte de nuestra cultura popular del mismo modo que los sorianos han hecho con Numancia.

Vista desde lo alto del Poyo de Mara

Salgo de nuevo a la A-1504 dirección Belmonte y desde ahí, siguiendo el curso del río Perejiles hasta prácticamente su desembocadura en el Jalón en un tramo de 12 kilómetros. Atravieso varios pueblos y empiezo a encontrar algo de tráfico (en prácticamente toda la ruta no me he cruzado con casi ningún coche). A pesar de que puede parecer un simple dato aislado, me resulta curioso comprobar que los ricos territorios que ocupó la antigua Celtiberia hace más de 20 siglos, ahora son un auténtico desierto demográfico alejado de las grandes ciudades y la industria, sumido en un mundo rural abocado cada vez más hacia el olvido.

Ya de vuelta a casa, salgo a la A-2 y encaro hacia Zaragoza los 85 kms. que quedan de ruta. Por el camino, atravieso las localidades de La Almunia, Ricla y Calatorao, entre cuyos términos municipales se atestiguó la existencia de una gran ciudad bela llamada Nertóbriga. Se sabe de su existencia, ya que ha sido nombrada por Ptolomeo en sus crónicas, así como señalada en los itinerarios de Apiano y Antonino (las guías Campsa de la época), llegando a situarla con precisión a 21 millas de Bilbilis, 29 de Cesaraugusta y a 14 de Segontia (se tiene dudas de si es Pinseque o la Muela). Por el momento se han hecho innumerables catas arqueológicas, pero todavía no se puede localizar con exactitud el emplazamiento de la ciudad.

Una vez pasado el puerto del Frasno vuelvo a reencontrarme con una ciercera de cojones y paso las de Caín hasta casa en un tramo de autovía del que poco o nada se puede destacar.

Regreso a Salduie (Zaragoza), la ciudad-estado íbera, perteneciente a la tribu de los sedetanos. Su papel frente a Roma se ha caracterizado por la sumisión y fidelidad. Dicha actitud es fácilmente entendible al encontrarse rodeada de asentamientos celtíberos. Su romanización fue suave y progresiva hasta que en el 14 a.c. pasó a convertirse en la romana Cesaraugusta.

Conclusiones de la ruta:

Ruta entretenida, fácilmente modificable (se puede eliminar el tramo de Aguilón, Herrera y Romanos), se puede ir por la autovía o bien por la carretera vieja de Teruel y hacer o no el puerto de Paniza. El que no dejaría de hacer es el de Codos; un puntazo.

Briconsejo: los caminos de acceso a Botorrita están muy bien, mientras que los de Mara/Belmonte están hechos una mierda; sobre todo si se va en coche casi mejor dejarlo aparcado a la entrada.

Para saber más del tema a nivel historia considero imprescindible darle una buena lectura a los trabajos del profesor Francisco Burillo mozota


La ruta en Google Maps:

https://www.google.es/maps/dir/50441+Botorrita,+Zaragoza/Fuendetodos/Herrera+de+los+Navarros/Romanos/Cari%C3%B1ena/Codos/Belmonte+de+Graci%C3%A1n/Zaragoza/@41.396718,-2.3691676,8z/data=!4m50!4m49!1m5!1m1!1s0xd5944521f62eead:0xf0a97c051fdde4ec!2m2!1d-1.0286955!2d41.5054446!1m5!1m1!1s0xd5949898d9d0811:0x4018c6508cfbae0!2m2!1d-0.9342973!2d41.3473086!1m5!1m1!1s0xd5eadc11562d713:0x7eb17a945a80ae9b!2m2!1d-1.0777723!2d41.2155665!1m5!1m1!1s0xd5c0345cf6ce207:0x6f1873dccfc6a75e!2m2!1d-1.2752624!2d41.1261833!1m5!1m1!1s0xd5bfe16fa5e985b:0xa903304a5d7c42ab!2m2!1d-1.2241497!2d41.3370805!1m5!1m1!1s0xd5bf78d1da8c3a7:0x4e53444c2b4a7573!2m2!1d-1.3855161!2d41.2926251!1m5!1m1!1s0xd5b8b20ea718f9d:0xb12d5bb61c7c0ba8!2m2!1d-1.5384164!2d41.3126374!1m5!1m1!1s0xd5914dd5e618e91:0x49df13f1158489a8!2m2!1d-0.8890853!2d41.6488226!3e0


La ruta con la ampliación de Azuara (Belikiom):

https://www.google.es/maps/dir/50441+Botorrita,+Zaragoza/Fuendetodos/Herrera+de+los+Navarros/Romanos/Cari%C3%B1ena/Codos/Belmonte+de+Graci%C3%A1n/Zaragoza/@41.1780999,-1.0578034,10z/data=!4m60!4m59!1m5!1m1!1s0xd5944521f62eead:0xf0a97c051fdde4ec!2m2!1d-1.0346774!2d41.4916429!1m15!1m1!1s0xd5949898d9d0811:0x4018c6508cfbae0!2m2!1d-0.9342973!2d41.3473086!3m4!1m2!1d-0.9488859!2d41.2454923!3s0xd5eb4f6919df125:0xcbd9ab80ff0cf1af!3m4!1m2!1d-1.0449773!2d41.1632462!3s0xd5eb1d065e8218f:0xb0f9b64304e75123!1m5!1m1!1s0xd5eadc11562d713:0x7eb17a945a80ae9b!2m2!1d-1.0777723!2d41.2155665!1m5!1m1!1s0xd5c0345cf6ce207:0x6f1873dccfc6a75e!2m2!1d-1.2752624!2d41.1261833!1m5!1m1!1s0xd5bfe16fa5e985b:0xa903304a5d7c42ab!2m2!1d-1.2241497!2d41.3370805!1m5!1m1!1s0xd5bf78d1da8c3a7:0x4e53444c2b4a7573!2m2!1d-1.3855161!2d41.2926251!1m5!1m1!1s0xd5b8b20ea718f9d:0xb12d5bb61c7c0ba8!2m2!1d-1.5384164!2d41.3126374!1m5!1m1!1s0xd5914dd5e618e91:0x49df13f1158489a8!2m2!1d-0.8890853!2d41.6488226!3e0

Sobradero de fotos:








































viernes, 29 de septiembre de 2017

HECHO y ANSÓ; Una ruta por los Valles Occidentales.

440 kms. por los valles Occidentales del Pirineo aragonés: Hecho, Ansó, Fago y una breve incursión por el navarro valle del Roncal.



Alfajarín; sábado 23 de Septiembre de 2017.

(En ese extraño periodo conocido como "entrefiestas" en que el cuerpo tiene una semana para recuperarse de los excesos de las Fiestas de Virgen de la Peña y otra para prepararse física y psicológicamente para las de San Miguel.)

Tras un verano excesivamente seco y caluroso, el otoño ha regresado puntual a su cita, como todos los 21 de Septiembre, presentándose en todo su esplendor, en forma de un buen tormentón y una bajada de las temperaturas que se ha acusado de forma notable, en forma de la moquita y los estornudos que padece el que escribe estas líneas.



Amanezco a eso de las 7:15 de la mañana para intentar que me cunda la mañana lo máximo posible. Por la ventana se adivina una suave niebla que parece que se está disipando a corros, por lo que no me preocupa en exceso, consciente de que en caso de que persista, durará hasta los primeros compases de la Hoya de Huesca.
Nos ponemos en marcha la KTM y yo camino a la autovía de Huesca (A-23); lo que desde la ventana parecía una "suave niebla", a la altura de Montañana ya es una niebla cerrada, en Villanueva es una bruma y a la altura de Zuera juraría que se podría cortar con un cuchillo. Por suerte, poco antes de Almudévar ya no queda nada y el sol empieza a descongelar progresivamente mis manos. 74 kilómetros de habas hasta Huesca por la autovía de los que poco o nada se puede destacar.

Una vez en la capital oscense, tomo el desvío de la A-132 dirección Ayerbe. Es una autonómica con bastante pinta de carretera nacional, ancha, con un trazado bastante recto y un estado de conservación del firme bastante bueno. A pesar de que es una carretera bastante laminera para correr, hay un par de radares fijos por la zona y hay que andarse con cuidado.

Por esta carretera nos encontraremos el desvío al Castillo de Loarre, el cual se puede añadir a esta ruta, cogiendo la A-1206 en Esquedas y regresando por la misma vía por  Ayerbe para continuar. Yo no voy a visitarlo, ya que no lo tengo programado para hoy, pero no me hartaré de recomendarlo, como uno de los castillos románicos mejor conservados de Aragón, Bien de Interés Cultural, Monumento Nacional y junto a Fuendetodos, el Alfa y el Omega de los viajes del Colegio Diputación Provincial (hoy llamado Brianda de Luna) de Alfajarín.

Me conformo con admirar esta fortaleza románica del S. XI desde la lejanía, fascinándome de cómo sus muros y torres se funden con la montaña en un espectacular mimetismo. Es fácil echar a volar la imaginación en una carretera tan recta y aburrida, tratando de recrear el avance de las tropas cristianas por la Hoya de Huesca, con la muralla natural de los Pirineos a su retaguardia y Loarre como cabecera de puente.

Tras recorrer unos 30 kms. por esta vía llegaremos a un paso a nivel con barrera de los de antes que nos dará la bienvenida a la localidad de Ayerbe. Callejearemos y bordearemos su concurrida plaza (a la que yo llamo cariñosamente "de los muñecos" por las esculturas que tiene) continuaremos recto hacia Murillo de Gállego.

Van llegado las primeras curvas interesantes de tapadillo mientras llegamos a la altura del río Gállego, el cual nos acompañará durante un buen rato en nuestro viaje. Poco antes de llegar a Murillo, harán su aparición las que son probablemente las formaciones rocosas más populares, icónicas y espectaculares de Aragón: Los Mallos de Riglos.


Los Mallos de Riglos y Murillo de Gállego

Asentados sobre el extremo suroeste de la Sierra de Loarre, se levantan a más de 200 metros de altura estos restos de sedimentos fluviales que hace 56 millones de años (antes de ayer) depositaron los ríos que bajaban desde el Pirineo hasta el Valle del Ebro. Este material, se compactó con arcilla y se "encofró" literalmente con materiales calcáreos. Durante los siguientes 20 millones de años (más o menos, para que os hagáis una idea lo que tardan en atenderte si estás pendiente de operación en la Seguridad Social), la erosión se llevó todos los materiales blandos que los rodeaban dejando estas caprichosas formas al aire.

Actualmente son muy apreciados por los amantes de la escalada y como curiosidad he encontrado rebuscando en San Google que todos y cada uno de los mallos está bautizado con un nombre, bien por su forma o color, como en honor a alguna personalidad local o del mundo de la escalada (Puro, Pisón, Colorado, Firé...).

Niebla junto al Gállego

Como se observa en la fotografía, un jirón de nubes bajas (o lo que yo pensaba que eran nubes bajas) decoran la base de los mallos como una guirnalda, pero tal y como vamos avanzando, descubrimos que no eran nubes, sino que en realidad es el principio de una espesísima niebla que se ha agarrado al cauce del río Gállego y que no nos vamos a quitar de encima hasta dentro de un buen rato.

Viendo el lado bueno de las cosas, cabe mencionar que también empieza uno de los mejores tramos de curvas, que coinciden con el tramo en que el Gállego va encañonado con unas vistas sencillamente espectaculares.

Es un tramo corto, de unos 5 kms. y que finalizará en la misma presa del embalse de la Peña a la que accederemos a través de un pequeño túnel y un estrechísimo puente de hierro con celosía que nos ayudará a cruzar a la otra orilla.
Durante estos primeros días del otoño han caído bastantes lluvias, por lo que el río lleva buen caudal y el embalse se va llenando progresivamente.

Tomo el desvío hacia la derecha, dirección Triste y Anzánigo, siguiendo el curso del Gállego. Sobre las aguas estancadas del Pantano de la Peña es donde la niebla parece haberse agarrado con mayor fuerza y el frío y la humedad empiezan a notarse casi demasiado. Por suerte, la carretera que va hacia Anzánigo está recién asfaltada (o por lo menos la han asfaltado en algún momento entre hoy y esta otra entrada al blog de hace un par de años: http://avueltasconlamoto.blogspot.com.es/2015/08/la-etapa-reina-del-tour-la.html   ). La carretera es estrecha y muy curveada, pero todavía es temprano y con el día que hace, muchos ciclistas de los que acostumbran a recorrer estas carreteras se han quedado en casa. Como he dicho, el asfaltado es perfecto y se puede circular muy a gusto. La carretera transcurre junto al curso del Gállego, que mediante varias presas e intervenciones fluviales, tratan de contener o al menos frenar su amplio cauce. Resultan irreconocibles el caudal y el color de las aguas de este río a esta altura, comparado con el riachuelo moribundo que llega a desembocar sus aguas en el Ebro frente a la ciudad de Zaragoza.

El Pantano de La Peña cubierto por la niebla.

Toca hacer un alto en el camino y aprovechar para almorzar algo. La niebla me ha calado hasta los huesos y voy jodido de frío y con los guantes mojados. Como si de un oasis en medio del desierto se tratase, medio escondido entre los árboles se emplaza el Moto -Cámping de Anzánigo, todo un referente para los amantes de las dos ruedas de Aragón. Ahí, aprovecho para tomar algo caliente mientras me preparan un buen almuerzo. No hay mucha gente (es temporada baja y muy temprano) pero el ambiente es cercano. Charramos animadamente mientras comentamos las noticias que salen en la tele. Se trata de un lugar muy recomendable para todos los que os animéis a pasar por ahí, especialmente para los amantes de las dos ruedas, ya que el ambientazo que se vive y la sensación de hermandad que se crea entre los clientes es difícil de sentir en otro lugar.

Moto-Camping de Anzánigo

Para más información y reservas:

http://www.anzanigo.es/

Tras un buen rato en el camping, almorzando y charrando he conseguido entrar en calor y con el cambio de guantes a los que llevo de repuesto encaro todo el trecho que me queda de ruta.
Como ya me han comentado en el almuerzo, la niebla no tardará en irse, pero todavía me quedan unos cuantos kilómetros bajo su manto.

El trozo de la A-1205 que separa Anzánigo de Bernués está sin arreglar y presenta el estado original con el que conocí esta carretera. Millones de baches nos acompañan en estos escasos 13 kilómetros entre nieblas y un paisaje por momentos más boscoso que se va alejando cada vez más del cauce del Gállego.

Una vez alcanzado el pueblo de Bernués, tomaremos el desvío de la A-1603 hacia el Monasterio de San Juan de la Peña. Por fin encaramamos el primer puerto de montaña de la jornada: El Puerto de San Juan de la Peña (1.200 mts.) nos llevará en un ascenso de 13 kilómetros que nos irá sacando progresivamente del mar de nubes dejando una imagen majestuosa a nuestros pies. Anchura, buen estado de conservación, buenas curvas, desniveles progresivos y sobre todo ni un solo vehículo con el que cruzarme en toda la ascensión.

Mar de niebla bajo el Puerto de San Juan de La Peña

El primer tramo transcurre entre una zona más despejada, pero cuando se va llegando a la cima, la carretera se adentra en una arboleda espectacular que al fondo ya nos muestra la puerta de acceso al Nuevo Monasterio de San Juan de la Peña. No se debe confundir este con el original, pues el nuevo se construyó en 1.676 (aunque las obras se prolongaron 2 siglos más) a raíz de un incendio en el viejo.

Es un edificio sin especial valor arquitectónico (ahora es cuando vienen y me canean los puristas del arte en Aragón por decir esto...), que actualmente sirve de museo y hospedería. Está levantado en el Llano de San Indalecio, donde los visitantes deben aparcar sus coches para bajar a visitar los restos del Monasterio original (el que mola mazo).

Dejando atrás el Monasterio Nuevo inicio mi descenso hacia el viejo. Nunca en mi vida he extremado más la precaución en una bajada, pues recuerdo perfectamente visitar San Juan de la Peña hace un par de años y si algo me impresionó (casi me acojonó) fue la pericia y el manejo del conductor del microbus que hace los trayectos del Monasterio Nuevo al Viejo.

Breaking the Law en el Monasterio de San Juan de la Peña

Con el pánico a no encontrarme al señor autobusero haciendo vuelta rápida, bajo las 4 curvas de herradura que nos separan del auténtico Monasterio de San Juan de la Peña.



Cuenta la leyenda, que estando de caza el joven Oto su caballo se desbocó cuando iban tras un ciervo y se precipitó ladera abajo al fondo de un barranco. Milagrosamente, algo (supuestamente la acción divina) detuvo su caída y lo depositó en el suelo sano y salvo. En el fondo del barranco encontró bajo una honda cueva una ermita en ruinas dedicada a San Juan Bautista. Impresionado por esta hallazgo y sintiéndose en deuda por lo sucedido, Oto se reunió con su hermano, vendieron sus pertenencias e iniciaron una vida eremítica en los albores del que fue el Monasterio de San Juan de la Peña.

Bajo la enorme roca que lo cobija, fue refundado por Sancho el Mayor casi un siglo después, convirtiéndose en cuna del Reino de Aragón y no son pocas las fuentes que citan el hecho de que el Santo Grial fuese puesto a buen recaudo entre sus muros.

Convertida en parada obligatoria dentro del camino aragonés del Camino de Santiago, fue el primer lugar del reino de Aragón (y de la Península Ibérica) en que se introdujo el rito litúrgico romano.

Sus muros también sirvieron de panteón de los reyes de Aragón y todavía hoy descansan los restos de Ramiro I, Sancho Ramirez y Pedro I.

A nivel arquitectónico destacan la capilla gótica, la iglesia y pinturas de San Cosme y San Damián, pero por encima de todo, el imponente claustro, con sus capiteles y esculturas.

Tuve la suerte hace un par de años de poder conocerlo a fondo con una visita guiada que nos moló bastante y que recomiendo encarecidamente.

Breaking the Law once again en San Juan de la Peña

Tras tirar las fotos de rigor, inicio mi descenso hacia Santa Cruz de la Serós, con las imponentes vistas de la Peña Oroel a lo lejos y el contraste con las llanuras de la depresión que forma el río Aragón y que reciben el nombre de la Canal de Berdún.

He de comentar que durante el descenso me faltó bastante poco para llevarme puestos a cuatro flipados de los de "tocar rodilla" que venían trazando la curva por mi carril. Confiaba en el hecho de que al estar celebrándose este fin de semana el Moto GP en Motorland (Alcañíz), Marquez, Rossi, Lorenzo y Viñales estarían haciendo los entrenamientos libres, pero no, me los tuve que cruzar subiendo al Monasterio de San Juan de la Peña. Si en vez de ser yo con mi moto llega a ser un coche no los encuentran ni en Monegrillo de la voltereta que se llevan... Menos mal que se quedó en un susto.

Tras este pequeño incidente, alcanzo Santa Cruz de la Serós y poco más adelante enlazo con  la N-260 dirección Puente la Reina de Jaca.

Tras 9 kms. en línea recta por nacional llego a Puente la Reina, donde aprovecho para repostar. Frente a la gasolinera de la entrada está en Mesón de La Reina, donde me encuentro con un montón de moteros de todas las partes (unos cuantos extranjeros que van a Alcañiz para disfrutar de las carreras de este finde). El pueblo bulle de gente y llama la atención el ambiente que se respira. Habrá que echarle un tiento con más calma para la próxima visita.

Detalle ruta

En la misma entrada del pueblo, justo al pasar el puente que cruza el Aragón - Subordán tomo la A-176 que me llevará longitudinalmente por el Valle de Hecho hasta la población del mismo nombre.

Hecho reposa tranquilo a la orilla de un joven río Aragón entre suaves praderas y montañas. Entre sus calles, todavía susurra el eco de "lo Cheso", la variante de la fabla aragonesa mejor conservada. El valle de Hecho es historia viva de Aragón, desde mucho antes que este valle (junto al de Canfranc) fuesen el territorio carolingio conocido como Aragonum, donde todo comenzó. En sus montes se han hallado cientos de dólmenes y diversos tipos de monumentos funerarios de los primeros pobladores de la tierra, así como restos de las calzadas romanas que atravesaban los Pirineos procedentes de las Galias.

Hecho también es naturaleza, con su Selva de Oza, donde habitó Camille, el último oso pardo del Pirineo (muerto en 2010).

Cima del Puerto Vedao.

En el mismo Hecho tomaremos el desvío hacia Ansó por la misma A-176 y de valle a valle toca pasar una cadena montañosa y con ello su consecuente puerto de montaña. El Puerto Vedao (1.050 mts.), arranca desde prácticamente el mismo Hecho hasta el túnel que conecta con el valle de Ansó, como si de una puerta de acceso se tratase. En su cima hay un amplio parking habilitado donde se pueden observar los primeros coloridos del otoño y alguna que otra bandada de rapaces haciendo de las suyas.

Es un puerto con una carretera prácticamente perfecta, sin baches y con el piso en buen estado, con un trazado entretenido y rápido que nos hará subir la cresta de la sierra del Vedao para pasarnos al valle de Ansó, excavado por el río Veral.

En apenas 2 - 3 kms. llegamos al pueblo que cede su nombre al Valle. Marcado con una de esas placas de "Los Pueblos más Bonitos de España", Ansó luce su imponente Iglesia de San Pedro, que destaca entre la típica urbanización de pueblo pirenaico. Es muy popular la fiesta del Día de la Exaltación del Traje Ansotano, celebrada el último domingo del mes de agosto, llegando a ser declarada un Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Carretera de Ansó a Zuriza

Continúo dirección norte hacia Zuriza, a través de una estrecha carretera recién asfaltada de 14 kms. Es un tramo muy bonito de recorrer, en el valle, cada vez más encañonado que forma el río Veral. La vegetación es muy densa a tramos, con árboles que cubren con sus ramas la carretera, convirtiéndola en un túnel natural.

La carretera va picando constantemente hacia arriba, pero con una suavidad que hace prácticamente imperceptible el desnivel positivo.

Tan solo al final de la carretera, dejando a un lado el camping y las vacas pastando se podría considerar que se está ascendiendo algo parecido a un paso montañoso, haciendo cima a 1.290 mts. de altitud.

Zuriza

Zuriza se encuentra en un marco natural incomparable, con hayedos únicos en Europa, gobernado por la Sierra de los Alanos, unas moles de piedra desnuda afiladas como dientes de sierra y vigilantes del acceso al parque Natural de los Valles Occidentales. Este valle, sirvió siglos atrás de punto de acceso a una ruta comercial entre Francia y España. Testigo de ello queda el cuartel de carabineros del S. XIX, así como alguna que otra fortificación maqui de la posguerra.

Ahí tomaremos la NA-2000 que nos llevará por tierras Navarras hasta el cauce del Belagua, en pleno valle del Roncal. A diferencia del paisaje de Zuriza, mucho más rocoso y salvaje, los montes se suavizan, el verde lo tapiza todo y la carretera discurre entre bosques bajos y prados sin desniveles de ningún tipo.

La NA-2000 desembocará en la NA-137 que tomaremos dirección Isaba, Urzainqui y Roncal.

A diferencia que los valles Occidentales aragoneses, el valle del Roncal navarro se ve mucho más vivo y explotado, con mayor oferta hotelera, más enfocado al turismo, pero también con bastante más tráfico en ambos sentidos, con gran afluencia de vehículos lentos como son las caravanas (sobre todo francesas que cruzan por Larra y la Pierre de Saint Martin).

Pasada la localidad de Roncal, tomo el desvío dirección Garde, por un pequeño valle transversal que forma el Gardalar, un afluente del Belagua. Es una carretera muy bien pavimentada y "laminera" para una conducción entretenida. Cruza el pueblo de Garde y me cruzo con bastantes peatones paseando por la carretera, pero son prudentes y la visibilidad es lo suficientemente buena como para adelantarse a algún imprevisto.

Una de las cosas que llama la atención de un valle como este, es la enorme diferencia que existe con los predecesores del lado aragonés, por su extrema humedad e imponente vegetación, frente a los aragoneses, aparentemente mucho más secos.

Para pasar a la vertiente aragonesa, antes debemos salvar el Puerto Matamachos (1.130 mts.), con sus sorprendentes desniveles y curvas cerradísimas que nos llevan hasta la cima, justo en la frontera de Aragón y Navarra, sobre el lomo de la Sierra de San Miguel.

Límite autonómico en la Cima de Matamachos

He de decir que partía con ventaja a la hora de realizar esta ruta, ya que hace cosa de un par de años estuve de viaje por estas tierras y subí este puerto. Una de las cosas que recordaba a la perfección era uno de esos cambios de calidad en el asfaltado que sueles encontrar en un cambio de comunidad autónoma, empeorando especialmente cuando se entra en territorio aragonés. Es una auténtica vergüenza cómo se encuentra la vertiente maña de Matamachos, con tramos de gravilla que parecen auténticos caminos de tierra cuya calidad no hace más que empeorar según nos vamos aproximando a Ansó.

Cruce Ansó - Fago
Por suerte, para esta ruta he decidido no continuar descendiendo hasta Ansó, sino que tomaré el desvío a mitad de bajada hacia la localidad de Fago, donde sorprendentemente, el firme está a un nivel a la altura del navarro (sí, yo tampoco entiendo nada...).

A unos 3 kms escasos del cruce llegamos a Fago, pueblo tristemente conocido por el asesinato de su alcalde Miguel Grima en 2007. Aquel caso conmocionó a todo el país, pues el edíl fue asesinado a manos de otro vecino del pueblo (hago el apunte de que Fago cuenta con la friolera de 22 habitantes censados); Santiago Mainar, con el que mantenía una eterna rivalidad.

Aquel suceso, digno de una trama al más puro estilo de Fargo (valga el juego fácil de palabras), ensombreció el nombre de un pueblo situado en un enclave tan privilegiado, sobre el valle que excava el río Majones, con lugares tan espectaculares como la Foz de Fago y sus barrancos. Sorprende la calle principal que atraviesa el pueblo, con su fastidioso empedrado, ancha como ninguna otra en los pueblos de la redolada, con sus casonas pirenaicas a ambos flancos.

Fargo - Milwaukee

Los siguientes 12 kms. son los que unen Fago del municipio de Majones a través del cauce del río del mismo nombre. Probablemente se trata del tramo (junto al de Zuriza) más espectacular que vamos a encontrar, sobre todo en los primeros kilómetros, bajando desde lo alto de la sierra hasta el fondo del valle, salvando grandes desniveles negativos.

Al poco de dejar Fago, toca cruzar un par de tramos acojonantes, con crestas y túneles excavados en la roca, como pasos fronterizos naturales que darán paso a una carretera curveada que reptará hasta el fondo del valle y desde ahí hasta prácticamente Berdún, donde se extiende el gran llano del pre Pirineo oscense.

Al salir al cruce con la carretera principal, no hay ningún tipo de señalización, pero deberemos girar a la izquierda. Pronto nos encontraremos Berdún, con su icónica estampa, elevado sobre una colina como si de una atalaya se tratase. La Canal de Berdún es la autopista por donde el Río Aragón va recogiendo el agua de los ríos procedentes de los principales valles occidentales: el Majones, el Veral, el Aragón-Subordán, el Esturrón... que lo convierten en uno de los principales afluentes de Ebro.

Llegados a la altura de Puente la Reina de Jaca podría considerarse que iniciamos nuestro viaje de regreso a casa. Lo haremos dirección Bailo, Salinas de Jaca y Ayerbe, por la A-132.

Los Mallos de Roglos sin niebla en el viaje de vuelta

Es una carretera bastante bien asfaltada y sobre todo bastante ancha, por la que me cruzaré con unas cuantas motos (buena señal).
Atravesaremos el Puerto de Santa Bárbara, señalizado como puerto, pero sin unas rampas, trazado o curvas que considere que merezca la pena destacar especialmente. A la bajada del puerto, el paisaje mejora de nuevo, regresando el verde y la vegetación dada la proximidad del cauce del río Asabón, que desemboca en el pantano de la Peña, el mismo en que lo hace el Gállego.

Para el camino de vuelta, seguiremos exáctamente la misma ruta que hemos hecho por la mañana, salvo por la niebla, que ahora ha dado paso a un sol reluciente y las 6 horas de moto que ya van haciendo bastante mella en el cuerpo.

Desde Murillo hasta Huesca, de nuevo 40 kms. con bastante precaución y cuidadín de los radares y desde Huesca a Alfajarín, 85 kms. de autovía.




Conclusiones de la ruta: Ruta entretenida con muchas opciones a la hora de aumentar - reducir el recorrido planteado inicialmente. A tener muy en cuenta la opción de añadir valles navarros del mismo modo que hemos hecho con los aragoneses.

También se puede plantear la vuelta a casa por las Cinco Villas.

Lo mejor: el ascenso a San Juan de la Peña desde Bernués y los tramos de Zuriza y Fago.
Lo peor: El estado de conservación del asfalto en el descenso de Matamachos y los excesivos kilómetros de autovía.

La ruta en Google Maps:

RUTA GOOGLE MAPS

Sobradero de Afotos: