martes, 10 de abril de 2018

EN EL PAÍS DE LA CELTIBERIA - Episodio IV: Las Tierras de Frontera

Jueves 29 de Marzo de 2018; 265 Kms.

Tras un mes sin dar vuelta por las piedras y los zaborros vuelvo a mi particular viaje en el tiempo por los territorios de la Celtiberia. Hoy volveremos a visitar a nuestros viejos amigos los Belos con los que comencé esta serie de rutas ( EPISODIO I - TERRITORIO BELO ).


La tribu de los Belos contaba con una enorme extensión de terreno que podría establecerse entre los cauces de los ríos Huerva y Jalón, así como en las serranías que componen la Ibérica. Mientras que en el primer episodio la ruta transcurrió por los que fueron los principales oppidium belos (Ségeda, Belikiom y Contrebia Belaisca), ahora es el turno de aquellas ciudades que se encontraban reforzando la línea divisoria que trazaba el río Jalón separando el territorio belo del de la poderosa tribu de los arévacos.




Me pongo en marcha a eso de las 9:00 de la mañana. Aunque he madrugado bastante (para lo que soy yo) en esta fresca mañana de Jueves Santo, he preferido apurar la mañana para no morir congelado antes de salir de Zaragoza.

La mañana, está bastante fresca y en los días que han precedido a esta salida ha llovido bastante, por lo que prefiero andar con la calma.

Salgo de Zaragoza hacia Alagón por la "carretera de Logroño" (N-2132 - A-68). Hay bastante tráfico teniendo en cuenta que estamos en plena "operación salida" y hay un gran número de desplazamientos en estos días de Semana Santa. Por suerte, en 30 kilómetros llego al cruce de Pedrola hacia Pozuelo, donde tomo el desvío de la CV-620, una carretera secundaria en la que de repente pasaré a conducir solo, sin más compañía que el Moncayo bien blanco fruto de las últimas nevadas y el giro incansable de los molinos eólicos que se agolpan a los lados de la carretera.


Tras unos días de trabajo intenso, aquellos primeros kilómetros por la carretera de Pozuelo cumplen con su efecto reparador y consiguen que todos los problemas, preocupaciones y demás mierdas se vayan quedando atrás según van llegando las primeras curvas y los paisajes van distrayendo la vista.

Una vez alcanzado Pozuelo, en el mismo pueblo se toma el desvío a mano izquierda que lleva a Fuendejalón, separados entre sí por 4 kilómetros del mismo tipo de carretera que venimos recorriendo. En Fuendejalón callejearemos como si alguien hubiese escondido la salida hacia Tabuenca.

Continuaremos por la CV-620, ancha, de doble carril y bien asfaltada, que cruzará la comarca del Campo de Borja a través de cultivos, granjas y viñas nos irá acercando poco a poco a las primeras estribaciones del Sistema Ibérico que se irán manifestando en forma de las lomas redondeadas de la Sierra de la Nava Alta. Son 12 kilómetros donde engancharemos con la A-1301. Aquí la cosa ya se va a poner mucho más interesante, aunque hay que tener en cuenta la carretera también va a ir empeorando progresivamente.



Poco a poco vamos a ir notando cómo vamos ganando altura, del mismo modo que el trazado va a empezar a revirarse. El paisaje también va cambiando a nuestro paso dejando atrás las largas extensiones de campos para ir salpicando el recorrido de árboles y matorrales cada vez más densos y numerosos. Casi sin darnos cuenta, la carretera se ha encañonado y vamos dibujando sobre una carretera de firme bastante mejorable el trazado del barranco que nos acompaña al fondo. 

Alcanzamos la localidad de Tabuenca (la romana Tabuca, en la que se hallaron indicios de un poblado celtíbero) situada en una zona bastante llana y pelada y desde ahí volvemos a subir, encontrando una vegetación mucho más densa que nos acompañará para cruzar de una vertiente a la otra la sierra de la Nava Alta por el Monte de la Herrera. Estamos ascendiendo las rampas de la cara norte del Puerto de la Chabola (902 mts.) desde donde disfruta de una vista espectacular del llano que se despliega bajo nuestros pies hacia las riberas del Jalón. La subida no es especialmente exigente y las curvas de su trazado se pueden hacer de forma rápida al no encontrar ninguna especialmente cerrada ni traicionera.

Cima del puerto de La Chabola

Tal y como alcanzamos la cima, coronada por un farallón de roca encontramos el límite que separa la comarcas del Campo de Borja de la del Aranda. Ya en la cima se observa frente a nosotros una llanura bastante honda a la que vamos a bajar. Ello significa que a diferencia de el ascenso por el lado norte, la bajada por el lado sur es mucho más brusca, con curvas cerradas y un recorrido mucho más "ratonero" que el anterior.

Una vez completado el descenso, tendremos unos kilómetros muy entretenidos hasta llegar a Tierga, especialmente en los últimos 3, con unas curvas en bajada de escándalo, que nos servirán para cruzar de la Sierra Blanca hasta la fértil ribera del Isuela donde se encuentra nuestro objetivo.

Tergakom fue el nombre de la ciudad celtíbera sobre la que se asienta la actual Tierga. Su nombre ha llegado hasta nuestros días por la abundante moneda que llegó a acuñar esta ciudad; hecho que nos indica que fue una población de gran relevancia en su tiempo.
El principal factor reside en la presencia del tan vistoso óxido de hierro que tiñe de ocre y rojizo las montañas que rodean Tergakom. La actividad minera de la zona (que todavía se mantiene vigente a día de hoy) permitió a los pobladores celtíberos no solo hacer sus propias armas, escudos, herramientas y utensilios, sino que también les permitió comerciar con ello, convirtiéndose en su principal motor económico.

Arriba a la izquierda se puede observar el trazado de la Calzada Romana.

Tras el proceso de romanización, los romanos entendieron la importancia estratégica y económica que tenía aquella población, incluyéndola en el trazado de la calzada romana que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Asturica Augusta (Astorga), la ciudad más importante con que contaban en el noroeste hispano. A día de hoy son pocos los restos celtíberos que quedan, reducidos a unas pocas vasijas ornamentales y restos poco claros o sin determinar. Lo que sí se puede admirar, son los restos de la calzada romana, especialmente en "el Portichuelo", un paso excavado en la roca viva que comunica los dos lados de Tierga y en cuyo piso todavía se puede apreciar el desgaste producido por el paso de las carretas.

El óxido de hierro

Desde Tierga continuaremos por la A-2302 por la espectacular carretera que circula aguas arriba hasta prácticamente el nacimiento del Isuela. Es una carretera con un trazado muy revirado, encajonada en un valle, por lo que encontraremos muchas zonas sombrías que dependiendo de la época del año pueden darnos algún que otro problema. La carretera está en unas condiciones bastante mejorables tanto de conservación como de calidad del firme, por lo que a pesar de que es un trazado que se presta a ello, seremos cautos con la velocidad y trataremos de no venirnos muy arriba. Por contra, el paisaje es espectacular, con la sierra de Tablado a un lado y la del Moncayo al otro, luciendo todavía una buena capa de nieve en sus más altas cimas.

En este tramo de poco más de 16 kilómetros atravesaremos las localidades de Trasobares y Calcena. Poco después de cruzar esta última, giraremos a la izquierda en el desvío de la CV-618 dirección Oseja. El primer tramo es muy llamativo, pues es una carretera muy estrecha que transcurre por el fondo de un barranco entre enormes paredes de roca viva. Una vez atravesemos este primer sector, la carretera irá subiendo y bajando sobre los lomos de la sierra de Tablado durante los próximos 14 kilómetros. Atravesaremos Oseja y veremos cómo vuelva a cambiar una vez más el paisaje, llevándonos por una sierra seca, de matorral bajo al cruce con la A-1503, desde donde se nos presentarán el valle del Aranda y la sierra de La Virgen, completamente cubierta por una densa vegetación.

Tramo de carretera entre Calcena y Oseja. al fondo la Sierra del Moncayo

Desde el cruce giraremos a mano derecha para disfrutar de un reciente reasfaltado de la carretera que nos llevará hasta Aranda de Moncayo, localidad a la que llegaremos en 8 kilómetros.

En un cerro muy próximo a Aranda se encuentra el que fue el emplazamiento de la ciudad celtíbera de Aratikos. Al igual que Tergakom era la cabecera del valle del Isuela, ésta era su homónima en el valle del Aranda. Se trataba de una ciudad de 13 hectáreas de extensión y una población estimada de 3.500 habitantes. Sus recursos eran las minas cercanas y debió tener un importante papel como ciudad fronteriza con el territorio de la tribu de los arévacos.

Lamentablemente y a diferencia de los otros yacimientos que he visitado, no voy a geolocalizar este, debido a la polémica que ha sufrido éste en concreto.

Al fondo Aranda de Moncayo.

Si en las anteriores entregas de la Celtiberia hablábamos del problema de la despoblación y el abandono, el caso de Aratikos es mucho más grave, habiendo sido expoliado sistemáticamente por un vecino de Jarque de Moncayo, tal y como ha registrado en varias ocasiones la prensa local:

ABC - 03/04/2018

HERALDO DE ARAGON - 01/04/2018

HERALDO DE ARAGÓN - 04/04/2018


Por los objetos robados podemos admirar la espectacularidad de los cascos de bronce (muy superiores tanto en calidad como acabados a cualquier casco griego o romano de la época), así como objetos tales como fíbulas, teseras de la hospitalidad, espadas, hebillas, collares... Todos esos objetos han sido encontrados por el rito funerario con que contaban los celtíberos. Normalmente, el cuerpo del difunto era incinerado y posteriormente, se introducían sus cenizas en una urna, siendo enterrada esta junto a sus pertenencias más personales. En el caso de los guerreros caídos en combate, estos recibían un honor mayor, dejando que los cuervos (un ave sagrada para los celtíberos) devorasen su cuerpo elevándolo junto a los dioses. Los restos que no se habían comido los cuervos eran incinerados y enterrados del mismo modo, en una urna y con su ajuar.

Centro Expositivo de Aratikos en Aranda

Actualmente Aranda de Moncayo cuenta con el Espacio Expositivo Aratikos que se puede visitar los sábados de 16:30 a 19:30 h. y muestra los descubrimientos hallados hasta la fecha.

Desando mis pasos de nuevo hasta el cruce con la carretera de Oseja, pero esta vez, continúo recto dirección Jarque, Gotor e Illueca por la A-1503 hasta Sabiñán, donde callejearé buscando la CV-901. Esta carretera es muy similar al tramo de Tierga, ya que sigue el trazado de un río (en este caso va todo el rato a la vega del Jalón), curveando por el valle, atravesando numerosos puentes del ferrocarril, así como las localidades de Paracuellos, Embid y Huérmeda. Por el tramo final, el camino subirá y bajará un par de cuestas que finalmente nos llevarán a rodear el cerro de Bámbola.

Dos kilómetros después de atravesar Huérmeda debemos coger el desvío a la derecha que nos manda al yacimiento de Bilbilis. Para acceder a las ruinas, tenemos un primer tramo asfaltado con unas cuestas muy empinadas y un segundo tramo de tierra y gravilla sin dificultad alguna.

Tramo de carretera entre Paracuellos de la Ribera y Huérmeda

Sobre esta loma se asentó la primera Bilbilis celtíbera, la cual fue conquistada por los romanos en su objetivo de crear una ruta segura que atravesase los territorios de la celtiberia en torno al Siglo II a.C.
Sobre el cerro se estableció la ciudad romana, mientras que los habitantes celtíberos se instalaron a unos 10 kms. de ahí, junto a la desembocadura del Jiloca.
La ciudad romana, por su parte, fue tomada por Sertorio en el 77 a.C. en plana guerra civil romana y como consecuencia destruida por Metelo en el 74 a.C. De ahí en adelante la ciudad es repoblada con romanos, quedando bautizada como Bilbilis Itálica. Años después, durante el mandato de Augusto, Bilbilis recibe la municipalización convirtiéndose en Municipium augusta Bilbilis. De esa época datan las principales construcciones como el foro, el teatro o las termas.

Uno de los bilbilitanos a los que más le debemos por los testimonios que recogió de esta época fue el poeta Marco Valerio Marcial, el cual, tras 35 años de estancia en Roma regresó a pasar sus últimos días a su ciudad natal. En más de una ocasión escribió versos en los que se refería a su origen celtibérico como los siguientes:

Teatro Romano en Bilbilis

"Que a nosotros, que nacimos de celtas e iberos,
no nos cause vergüenza, sino satisfacción agradecida
hacer sonar en nuestros versos
los broncos nombres de la tierra nuestra"

"¿Por qué me llamas hermano a mí que desciendo de celtas y de iberos y soy ciudadano del Tajo?"

Ya con los deberes de conducción prácticamente hechos me dirijo a mi siguiente destino por el tramo de autovía que separa Calatayud de Monreal de Ariza.

Ahí se encuentra mi siguiente destino: la ciudad celtíbera de Arcóbriga.

Para acceder al yacimiento se parte de la carretera de acceso al municipio, la CV-937. Poco antes de alcanzar el núcleo urbano, a la altura de unas granjas se debe tomar el camino que arranca a mano derecha y que sube ligeramente.

Es una pista  de unos 2 kilómetros de distancia que en el primer tramo se muestra bastante rota y llena de gravilla. En los desniveles el camino está desgalachado por la acción del agua que trajeron consigo las últimas lluvias llegando a ponerse bastante peliagudo en un tramo.

A pesar de que cuenta con varias opciones a izquierda y derecha, el camino siempre será recto. En caso de duda deberemos escoger la opción que vaya cuesta abajo, pues nos dirigimos hasta el cauce de una acequia que riega las tierras que estamos recorriendo.

Restos de la muralla celtíbera

Una vez alcanzada esta acequia la cruzaremos y giraremos a mano derecha encontrándonos con el Cerro Villar, la loma que alberga la ciudad celtíbera (de la que quedan muy pocos restos) y la posterior ciudad romanizada. Es muy probable que la romanización de este territorio sucediese de forma muy progresiva, ejerciendo la ciudad un elemento de reunión de los numerosos asentamientos que circundan la polis. En los alrededores de la ciudad se puede encontrar la necrópolis celtíbera, así como una cueva ritual que apunta a que los indígenas mantuviesen durante un largo periodo de tiempo sus cultos.

Al llegar al yacimiento encontraremos un panel explicativo y un sendero marcado que nos "guía" en la visita a las ruinas. Del periodo celtíbero tan solo se conserva una imponente muralla megalítica, así como la pila de sacrificios, mientras que del posterior periodo romano podemos encontrar edificios tan singulares como: foro, mercado, templo, termas, teatro, estancias, murallas,...

El papel de Arcóbriga en las páginas de las historia se ve reducido a ser nombrada en el itinerario de Antonino (algo así como la Guía Campsa o la Red de Carreteras del Estado de la época del emperador Diocleciano) y nombrada por tipos del calibre del escritor Plinio el Viejo, o Ptolomeo.

Restos de las termas de Arcobriga de su época romana

Poco se sabe del final de Arcobriga, si bien es cierto que en las distintas excavaciones realizadas se descubrieron elementos de asedio como proyectiles de catapulta, lo cual es causa de un evidente final violento. Se descarta su destrucción durante las guerras sertorianas al hallarse monedas datadas de una época muy posterior, cercana al colapso del imperio romano de occidente en la península.

Escalera de acceso a Arcobriga

Regreso hacia Monreal de Ariza por otro camino que circula junto al trazado de la acequia, mucho más llano y en mejor estado que me llevará hasta la misma carretera, muy cerca del desvío que tomé en el tramo de ida.

Finalizo esta etapa de mi viaje que le llevará a tierras sorianas en el último enclave Belo: Occilis (Okilis), que se corresponde con la actual Medinaceli. El origen del nombre viene del celta "okelis", que significa "colina". Posteriormente, en la época musulmana, la ciudad pasó a llamarse Medina - Ocilis.

El asentamiento de Occilis ocupaba una posición privilegiada, a lo alto de un cerro, con el Jalón haciendo las veces de foso natural hacia el sureste. A pesar de su posición vigilante hacia el noroeste, haciendo las veces de puerta natural a la Meseta, donde se extendía el territorio de los arévacos, el final de Occilis llegó de aguas arriba del Jalón, con las legiones de Quinto Fulvio Nobilior, quien la sometió a principios de la Segunda Guerra Celtíbera. Tal y como vimos en la primera entrega del País de la Celtiberia (  ), Nobilior y sus 30.000 hombres la rindieron junto a la poderosa ciudad de Segeda, haciendo huir a un gran número de guerreros belos, titos y pelendones que corrieron a esconderse en territorio arévaco. Desde ahí, con la ayuda numantina y las fuerzas reorganizadas, Caro de Segeda plantó cara a las tropas romanas infligiéndoles una vergonzosa derrota en el día de la Vulcanalia. Desde entonces, ningún general quiso entablar batalla en el aniversario de aquella festividad, cuyo nombre quedó como sinónimo de derrota.

Después Nobilior persiguió a los celtíberos hasta los muros de Numancia donde se refugiaron derrotando de nuevo a las tropas romanas. Occilis, por su parte, tras la conquista de Segeda se había convertido en un importante campamento romano que tras esta derrota volvió a manos celtíberas.
Una año después, tras el desastre de Nobilior, llegó su sustituto Marco Claudio Marcelo, quien reconquistó Occilis tras sitiarla y firmó un tratado de paz con los arévacos de Numancia.

Arco Romano de Medinaceli

En la actualidad apenas quedan restos del poblado celtíbero, tan solo un retazo de la que fue la muralla y abundante cerámica quedando como resto más importante de la época el imponente arco del triunfo romano. Se trata de el único arco de tres ojos que se conserva en España y se ha erigido por derecho propio como el emblema de la ciudad.



Conclusiones de la Ruta;

Esta segunda parte del territorio de los Belos cuenta a nivel de conducción con 2 tramos muy diferenciados que se separan en Calatayud. El primero es el que tiene toda la parte de curvas, puertos y los mejores trazados, mientras que el segundo es un mero enlace entre Calatayud, Monreal de Ariza y Medinaceli por autovía del que poco o nada se puede reseñar.

A mitad de camino se han dejado 2 oppidium celtíberos, como son Attacum (Ateca) y Mundobriga (Munébrega), los cuales se han deshechado por falta de documentación suficiente y por la imprecisa localización de los yacimientos.

A nivel visita de yacimientos, destaca sin duda la ciudad de Arcóbriga, al ser el más completo y más monumental.

Enlaces a la ruta:

RUTA TIERRAS DE FRONTERA

Tramo de acceso por pista al yacimiento de Arcobriga en Monreal de Ariza







































jueves, 5 de abril de 2018

La Ruta de "El Bueno, el Feo y el Malo"

Viernes 30/03/2018




Si alguien me preguntase cuál sería esa película que me llevaría a una isla desierta para no volver a ver otra en lo que me quedase de vida esa sería sin duda alguna El Bueno, el Feo y el Malo de Sergio Leone. Si del mismo modo alguien me pidiese que escogiese una canción me tendría que remontar al 19 de Junio de 2004, día en que Metallica hizo saltar por los aires las tablas del escenario que se había montado sobre el césped de la Romareda en Zaragoza. Los "Cuatro jinetes" salieron a escena con su habitual canción de "intro", nada más y nada menos que el Ecstasy Of Gold de Ennio Morricone.

Sobre las pantallas gigantes que había a los lados del escenario unas imágenes acompañaban las notas del maestro Morricone, probablemente la mejor escena del mejor western de todos los tiempos, con Eli Wallach corriendo entre las tumbas del cementerio de Sad Hill en busca del oro de la confederación enterrado en el valle del Mirandilla, provincia de Burgos...

Viernes 30/03/2018, 202 kms.

Parecía que no fuese a llegar nunca el puente de Semana Santa tachando un día tras otro en el calendario que tengo frente a mí en mi puesto de trabajo. Sobre él, se podían adivinar desde lejos dos grandes círculos marcados en rojo sobre los días 29 y 30 del mes de marzo, Jueves Santo y Viernes Santo. Aquella era la fecha señalada para hacer una de esas rutas que llevo meses planeando, mirando mapas, leyendo libros y buscando documentación para poder hacerla y relatarla con el respeto que se merece.


La ruta en cuestión transcurre por la esquina sur oriental de la provincia de Burgos, concretamente en la comarca de la Sierra de la Demanda, una zona cuyas más altas cimas ya visité el verano pasado bajo un sol de justicia en mi ruta: ( A VUELTAS CON LA MOTO - LA SIERRA DE LA DEMANDA ).

Esta vez, la ruta es muy distinta a la anterior. Sin contar con muchos kilómetros, ni ascender puertos o desniveles exagerados, considero que es una ruta mucho más variada, por los paisajes que va a ofrecer, la combinada de road/off road, así como la espectacularidad de los escenarios naturales de cuatro escenas clave del spaguetti-western: El Bueno, el Feo y el Malo.

- "Ah, ¿pero esas películas no se rodaron en Almería?"

- Sí. Pero también se rodaron en Burgos.

ALERTA SPOILER. Por si alguien no ha visto la película.

En un momento dado de la acción dos de los protagonistas deben atravesar un puente que se encuentra en plena línea del frente durante la Guerra de Secesión Americana. Dicho puente debía contar con cierta amplitud, como para que se pudiese grabar un enfrentamiento entre unionistas y secesionistas, por lo que el desierto de Tabernas, en Almería, donde se había planteado rodar presentaba una carencia evidente de parajes de semejantes características.

Fue el director de producción Jose Antonio Perez Giner, quien acompañó a Leone y Carlo Simi (el responsable de los decorados) por toda la zona del valle del Carazo y el río Arlanza, encontrando aquel Nuevo México que tanto andaban buscando por España.

Así pues, vamos a descubrir aquellos escenarios que tanto maravillaron a un genio del S. XX como fue el grandísimo Sergio Leone.





A pesar que ya es primavera, este año el invierno parece que se ha instalado y le está costando más de la cuenta abandonarnos. Es Viernes Santo por la mañana y me encuentro pasando estos días en la localidad de Valdenebro (Soria). Aunque se cuela un sol de justicia entre los agujeros de la persiana, mi sorpresa es mayúscula al abrir la ventana y descubrir que durante la noche ha caído una buena nevada.

Blanco amanecer sobre los tejados de Valdenebro (Soria)
Confío en el parte meteorológico y pospongo mi salida en moto a la tarde, entre paseos por el cauce del río Sequillo, degustación de torreznos y cata de cervezas en la cercana localidad del Burgo de Osma que se presenta muy concurrido durante estos días de Semana Santa.

Tal y como había adelantado el hombre del tiempo, los pronósticos se cumplieron y arranco justo después de comer, casi con el postre en la boca y con el mercurio marcando poco más de 5 grados en positivo (temperatura nada mala teniendo en cuenta lo que nos habíamos encontrado a primera hora de la mañana). Salgo de Valdenebro dirección al Burgo de Osma, a escasos 10 kilómetros de distancia. Ahí, tomaremos el desvío de la SO-920 directos a Ucero, a espuertas del mismísimo Cañón del Río Lobos. Ahí subiremos quizá el único puerto reseñable de la jornada: El Alto de la Galiana (1.122 mts.) que tantas otras veces hemos ascendido para ir desde ahí a sitios tan interesantes como: Pinares ( A VUELTAS CON LA MOTO - LA TIERRA DE ALVARGONZALEZ ), la Sierra de la Cebollera ( A VUELTAS CON LA MOTO - CAMEROS Y LA SIERRA DE LA CEBOLLERA ) o incluso a la Sierra de la Demanda  ( A VUELTAS CON LA MOTO - LA SIERRA DE LA DEMANDA ).

En la cima podemos aprovechar para hacer una parada en el Mirador de la Galiana, desde donde se pueden observar un gran número de buitres, rapaces y otras aves sobrevolando el cañón del Río Lobos. Desde ahí, tenemos 16 kilómetros por una carretera sinuosa y curveada, ancha y bien asfaltada que nos hará pasar un buen rato hasta llegar a San Leonardo de Yagüe. Una vez ahí cogeremos la N-234 dirección Salas de los Infantes.

El Cañón del río Lobos

Este quizá es el trozo más aburrido de la ruta; una nacional sin más, con un trazado bastante recto de 45 kilómetros que nos llevará desde la provincia numantina a la burgalesa a través de los municipios de: Hontoria del Pinar, La Gallega, Hacinas... Tal y como vamos avanzando tenemos más y más cerca las cumbres nevadas de la Sierra de la Demanda. El viento viene fresco, pero el paisaje va compensando todo lo demás. A mano izquierda se empieza a vislumbrar la Sierra del Gayubar, formada por montañas cuyas formas resultan extrañamente familiares, que resultarán ser aquellas que rodean nuestro principal objetivo: el valle del Mirandilla.

Cuando alcanzamos la localidad de Barbadillo del Mercado va a aparecer en escena otro de los grandes protagonistas de la jornada: el río Arlanza, que viene valiente con el deshielo prematuro de las últimas nevadas que cubrieron la sierra de Neila. Continuaremos hasta Hortigüela, donde tomaremos el desvío de la BU-905 para meternos de lleno en el valle del Arlanza, entrando (por fín!) en materia.

La carretera se va a estrechar hasta dejar un solo carril sin línea divisoria. El trazado serpentea como el río, entre la zona de bosques y los farallones rocosos de la Sierra del Gayubar. Es un trazado entretenido que en unos 3,5 kms. nos llevará a la primera de las localizaciones de la Ruta:
La Batalla del Puente de Langstone.


Trincheras junto al puente de Langstone. El camino es la actual carretera.

El rodaje de la película no resultó ser nada fácil. Pero si alguna de las escenas se llevó la palma fue sin duda alguna la de la voladura del puente de Langstone, la cual se convirtió en un auténtico calvario tanto a nivel presupuestario como de realización. La explosión que finalmente se ve en el film tuvo que repetirse no una, ni dos, sino tres veces.

Emplazamiento del puente de Langston. A mi espalda las trincheras.

La primera de todas no resultó tan espectacular como Leone quería, por lo que se reconstruyó el puente una segunda vez para volarlo con más de 400 kg. de TNT. El honor de accionar el detonador esta segunda vez recayó sobre el coronel del ejército al mando de los soldados que hicieron de extras, y que colaboraron en la construcción de los decorados. No se sabe muy bien si el coronel se adelantó o si el equipo técnico de Leone se retrasó, pero el resultado fue que la espectacular voladura del puente no fue grabada por ninguna de las doce cámaras que tenían preparadas. Los soldados que se encontraban haciendo la mili por aquel entonces en el cercano cuartel de San Marcial reconstruyeron el puente por tercera vez en tiempo récord para que finalmente se pudiese volar tal y como aparece reflejado en la cinta. Según cuenta Francisco Reyero en su libro "Eastwood: desde que mi nombre me defiende", Leone, en su intento de dar el mayor realismo posible a la escena, colocó una de las cámaras tan cerca de la explosión que tal y como se puede ver en la película, los cascotes cayeron encima de los dobles de Eastowood y Wallach y casi desgracian a uno de los ayudantes de cámara que más cerca estaban de la explosión.



Vista desde las trincheras
52 años nos separan desde el rodaje de la película, tiempo en que la vegetación ha crecido muchísimo, haciendo el paisaje casi irreconocible, por lo que es bastante difícil situar el emplazamiento exacto del puente sin conocerlo de antemano. Para más inri, el Arlanza bajaba con un buen mangazo de agua, producto de las lluvias y el deshielo de las nieves de los últimos días, por lo que era prácticamente imposible encontrar ningún vestigio. Lo que sí es fácil de reconocer es el emplazamiento de las trincheras unionistas, que comandaba un etílico Aldo Giuffre ya que es el único trozo pelado de árboles sobre la ladera de la montaña.

A continuación, una fotografía ubicando una escena de la película respecto a su aspecto actual:

Tuco y el Rubio transportando la dinamita.
Localización donde se rodó la escena. Detrás de la moto se puede ver dónde estaban emplazadas las trincheras.

Dejamos atrás el campo de batalla entre unionistas y confederados para continuar por la misma carretera algo menos de 900 metros de distancia, donde se encuentra la segunda localización del film:
La Misión de San Antonio.

Tras atravesar el desierto, Tuco (Eli Wallach) acompaña a El Rubio (Clint Eastwood) a recuperarse de las heridas producidas por las quemaduras del sol. El lugar al que van a curarse es La Misión de San Antonio, un convento convertido en improvisado hospital de campaña para soldados sudistas en el que Tuco se reencuentra con su hermano.

Una vez más la magia del cine es capaz de satisfacer los caprichos del director, puesto que los exteriores de dichas escenas se rodaron en el Cortijo del Fraile, en Almería, mientras que los interiores se rodaron en las estancias del Monasterio de San Pedro de Arlanza, Burgos. Las dependencias en las que se desarrolla la acción no se pueden visitar en la actualidad, al encontrarse hundidas o cerradas al público, pero merece la pena visitar el lugar por lo espectacular del edificio, de estilos románico y gótico, así como el enclave natural en el que se encuentra.

Observando con detalle las escenas en que Tuco habla con el Rubio a los pies de su cama se puede ver claramente cómo a través de la ventana aparece la ermita de San Pelayo, en lo alto de un cerro cercano.

Escena rodada en el interior del monasterio de San Pedro de Arlanza. A través de la ventana se puede ver la ermita de San Pelayo.

Actual aspecto de San Pedro de Arlanza con San Pelayo al fondo en lo alto de una loma.



Desde el Monasterio de San Pedro de Arlanza continuaremos por la BU-905 poco más de 2 kms. hasta el Puente del Piélago Negro que cruza el Arlanza a la altura de Fuente Tubilla en una curva cerrada hacia la derecha. Sin llegar a tomar esa curva nosotros continuaremos recto metiéndonos por la pista forestal que arranca frente a nosotros.

A pesar de que el que suscribe estas líneas no es ni mucho menos un experto en esto de conducir por pistas o caminos de tierra, he de decir que la calidad del camino (al menos en el primer tramo) va a poner las cosas bastante fáciles. Los primeros kilómetros del tramo son de tierra prensada sin cuestas y sin una puñetera piedra en mitad del camino. Tal y como vamos avanzando hacia el pueblo de Contreras, vamos a tener que salvar un desnivel para meternos en un vallecillo interior, por lo que el camino empeorará, cambiando a una tierra mucho más blanquecina, suelta, con muchas piedras y gravilla y sobre todo vamos a tener que salvar un desnivel primero de subida y luego de bajada que a cierto tipo de moto le puede llegar a poner en algún compromiso. Hasta este punto hubiese recomendado este camino para cualquier tipo de moto, pero de aquí en adelante se complicará la cosa para ciertos tipos de montura (no preocuparse en exceso, hay alternativa).



Una vez abajo, nos encontraremos encajonados en un pequeño valle a la sombra de la sierra del Gayubar, regado por un par de arroyos que riegan los campos que atravesaremos hasta la localidad de Contreras. El camino hasta Contreras es el típico camino rural, con las rodadas de los vehículos agrícolas bastante marcadas llegando a formar algún que otro charco y bastante barro. Por suerte, llevo montadas en la KTM las Mitas Terra Force, que sin ser de tacos (ni mucho menos) se comportan de maravilla tragándose todo lo que se les pone por delante.

Tras 8 kilómetros de caminos llego a la civilización donde callejeo cruzando Contreras hasta la salida del pueblo (sin volvernos locos; ya que no es precisamente Nueva York), justo por uno de los fondos del campo de fútbol local. Ahí cogeré de nuevo una pista totalmente recta, que nos llevará dirección sur. Sin apenas desnivel y con una calidad ni tan buena como el primer tramo, ni tan mala como el segundo, tan solo presentará el obstáculo de uno de esos "pasos canadienses" instalado en mitad de la vía. Tras 3 kilómetros de camino llegaremos a la más espectacular de las localizaciones:
El Cementerio de Sad Hill.


Tuco caminando entre las tumbas de Sad Hill
Aspecto del Cementerio restaurado.

Casi escondido en el valle del Mirandilla, a la sombra de la roca viva de la Peña de Carazo nos toparemos con una valla de madera que da acceso al Cementerio de Sad Hill. Una vez dentro, la inconfundible silueta del personaje de Clint Eastwood y un cartel de "Sad Hill" con dos pistolas nos dan la bienvenida.

En la película es el lugar en el que Bill Carson confiesa antes de morir que se encuentran enterrados los 200.000 dólares; "en la tumba sin nombre junto a la de Arch Stanton". El campo santo es una construcción muy original, circular, con una plaza central empedrada de unos 30 metros, el escenario perfecto para que se desarrolle el duelo (más bien "il triello") final entre los tres protagonistas. La forma en la que Leone presenta la escena es magistral, con el temazo "Ecstasy of Gold", un videoclip de casi 4 minutos  in crescendo, con Tuco (El Feo; Eli Wallach) corriendo entre las tumbas en busca de un nombre.
Una vez localizada la sepultura, van apareciendo El Rubio (El Bueno, Clint Eastwood) y Sentencia (El Malo, Lee Van Cleef), los cuales acaban tomando posiciones en la plaza central, como si de una lucha a muerte en el coliseo se tratase, ante la única presencia de las tumbas que los rodean.



Es una sensación muy especial poder caminar por el mismo escenario en que se desarrolló una escena tan espectacular, no solo de los western en particular, sino de la historia del cine en general. Uno no puede evitar que se le ponga la carne de gallina al pisar las piedras del círculo central y echar un vistazo a todo lo que te rodea en ese momento. Y todo esto se puede disfrutar gracias al grandísimo trabajo que ha hecho la Asociación Cultural Sad Hillhttp://www.acsadhill.es/ ), pues ellos han sido los responsables de recuperar el cementerio (que se encontraba en una situación de completo abandono) en el cincuenta aniversario de la película (1966 - 2016). La historia de cómo se ha restaurado este icónico lugar (más bien desenterrado; literalmente), así como los testimonios de los protagonistas (tanto los de la película como los de la rehabilitación del lugar) ha quedado registrada en el documental "Sad Hill Unearthed" que actualmente se encuentra dando la vuelta al mundo y cuyo trailer se puede ver aquí:  ( TRAILER OFICIAL SAD HILL UNEARTHED ). En la película se pueden encontrar entrevistas a gente de la talla de Ennio Morricone, Álex de la Iglesia, James Hetfield (Metallica), Clint Eastwood, Joe Dante, así como a los verdaderos artífices de la recuperación de Sad Hill.
Como curiosidad, apuntar que puedes apadrinar tu propia tumba en el cementerio a través de la página de la propia asociación, colaborando económicamente en la conservación del cementerio.

Hago las fotos de rigor y encuentro entre las tumbas de los socios que han apadrinado una tumba ahí,  homenajes a gente como Leone, Eli Wallach, Claudia Cardinale, Chiquito de la Calzada...

Retomo la moto para continuar la ruta y vuelvo a la pista, esta vez dirección Santo Domingo de Silos. El camino no llega a los 4 kms. de longitud y nada más salir de Sad Hill, tendremos que dejar el valle del Mirandilla ascendiendo hasta los 1.200 metros en una cuesta muy pronunciada donde podemos detenernos y tener una vista espectacular del valle, así como de la Peña de Carazo y las cumbres todavía blancas de la Sierra de la Demanda al fondo.

Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramirez, alias Tuco.

La tumba sin nombre junto a la de Arch Stanton... Con un charco que se caga la perra.

Vista desde lo alto del valle del Mirandilla.

Tras dejar el valle subiremos una larga cuesta con un desnivel bastante considerable, una vez en la cima iniciaremos un suave descenso prácticamente en línea recta que nos llevará hasta Santo Domingo de Silos. La pista no es excesivamente exigente, pero tiene mucha piedra suelta y algún que otro surco hecho por el agua.

Santo Domingo de Silos
Apareceremos en lo alto de Santo Domingo de Silos, desde donde podremos apreciar su imponente monasterio, una abadía benedictina cuyo claustro constituye una auténtica joya del románico español. El pueblo se encuentra lleno de turistas y visitantes que han decidido pasar sus días visitando la zona.


Desde Santo Domingo volveremos al asfalto por la BU -910 dirección Carazo - Salas de los Infantes. Se trata de una carretera muy curveada que va a transcurrir por el desfiladero del río Mataviejas durante 5 - 6 kms. que se nos van a pasar volando. El paisaje ha cambiado radicalmente del verde y los amplios valles del Mirandilla para dar paso al cauce del río acompañado de la carretera excavada en roca viva.


La primera población que vamos a encontrar es Carazo, donde se encuentra el último de los enclaves de la película:
El Campo de Concentración de Betterville.

Tras recuperarse de sus heridas en la Misión de San Antonio, El Rubio, acompañado de Tuco se dirigen en busca del cementerio donde está enterrado el oro vestidos de soldados confederados . En su camino se cruzan con un destacamento de caballería unionista (aunque en un primer momento los confunden con sudistas debido al polvo que cubría sus uniformes) y son hechos prisioneros.

Campo de Concentración de Betterville
La ubicación del campo de concentración quedaba sobre el cerro que se encuentra detrás de la moto.


El campamento de prisioneros nordista se instaló en un cerro al norte de la cercana población de Carazo. Antes de entrar al pueblo, se debe tomar un desvío a la izquierda por un camino de tierra que transcurre junto a un vallado hasta unas granjas y el cementerio de la localidad. Actualmente apenas quedan vestigios de los fosos, construcciones y empalizadas que ideó el escenógrafo Carlo Simi, por lo que quizá es la localización en la que más se tiene que tirar de imaginación. No obstante, en las escenas de la película que se desarrollan ahí es muy fácil reconocer las montañas que rodean el campo de concentración.


Es importante señalar que para la realización de la película fueron muchísimos (entre unas cosas y otras se llegó a estimar un presupuesto para poder contar hasta con 5.600 figurantes en total) los extras que participaron de alguna forma u otra. Además de los ya citados soldados que se encontraban haciendo la mili en Burgos allá por el verano de 1966, numerosos vecinos de los alrededores interrumpieron sus rutinas trabajando como figurantes bajo la batuta de Leone. Por unos días, la vida en los pueblos del Arlanza se revolucionó al instalarse el equipo al completo en el Hotel Arlanza de Covarrubias. Hay más de una anécdota del paso de los actores por la localidad, entre las que sin duda destaca aquella en la que un vecino del pueblo ganó al mismísimo Clint Eastwood a una partida de billar.

Salgo de Carazo con la idea de volver a Valdenebro. El camino de vuelta lo puedo hacer de nuevo por la N-234 cruzando el Cañón del Río Lobos por la Galiana, por Huerta del Rey o por Navas del Pinar. Cualquiera de las tres opciones es válida y va a ofrecer paisajes espectaculares.

Por el camino de vuelta a casa sonrío dentro del casco a pesar del frío y del viento, muy satisfecho por la ruta que acabo de realizar, silbando esas canciones del maestro Morricone dejando atrás el particular Nuevo México burgalés que Leone inmortalizó para siempre en el celuloide.








Conclusiones de la Ruta:

Tal y como he comentado al principio, no es la ruta más larga, ni la que tiene los mejores puertos que he hecho, pero es una ruta muy especial por muchos otros motivos.
El tramo por pistas no debe asustarnos demasiado ya que existen opciones para minimizar los kilómetros a realizar por "lo marrón", por lo que sea cual sea nuestra moto es una ruta 100% factible.

Es muy importante apuntar que esta es una de las rutas que menos me he currado, pues desde la Asociación Cultural Sad Hill se han currado un PDF con la ruta de El Bueno, el Feo y el Malo que simplemente me he limitado a seguir.

Enlaces a la Ruta en Google Maps - moto trail - coche:

RUTA EL BUENO EL FEO Y EL MALO - ENLACES

RUTA EL BUENO EL FEO Y EL MALO COMPLETA - ENLACES


Enlaces a la Ruta en su versión más asfáltica en Google Maps:

Es una variación de la ruta, que evita la pista desde San Pedro de Arlanza, así como de Sad Hill a Santo Domingo de Silos, dejando un mínimo de camino, entre Contreras y el cementerio. Por contraposición (y con la idea de hacerla lo más circular posible) hace una vuelta a toda la comarca del Arlanza cerrando por Covarrubias. A Sad Hill se entrará y saldrá por la BU-V-8205 que une Barbadillo del Mercado con Contreras y desde Contreras el mínimo trozo posible de camino, regresando por el mismo sitio.

RUTA EL BUENO EL FEO Y EL MALO - ASFALTO