martes, 2 de enero de 2018

EN EL PAÍS DE LA CELTIBERIA: Episodio II: Los asentamientos Titos

Esta es la segunda de las rutas que estoy realizando por los enclaves del que fue el territorio de los celtíberos allá por los S. I, II y III a.c.




En esta ocasión es el turno de los Tittos, los que fueran socios, protegidos e incluso subordinados de la tribu dominante de los Belos, cuyo territorio ya descubrimos en la primera entrega ( http://avueltasconlamoto.blogspot.com.es/2017/11/en-el-pais-de-la-celtiberia-episodio-1.html ).

Hemos sabido de la existencia de los Titos (o Tittos) por las crónicas de los antiguos escritores grecolatinos, como una de las tribus beligerantes contra Roma en las Guerras Celtibéricas junto a Pelendones, Arévacos y Belaiscos. Aparecen nombrados en el 180 a.c. cuando tras la primera guerra celtíbera firman los tratados de paz con Tiberio Sempronio Graco en los que se comprometieron a entregar un tributo anual de impuestos y hombres a Roma. Durante esta pax romana, una gran comunidad de los Titos se refugiaron en un barrio de la ciudad de Segeda (Sekaisa) ante la noticia del avance de las tropas del Cónsul Nobilior y sus tropas tras considerar que la ciudad bela quebrantó los acuerdos al ampliar sus murallas.

Es importante hablar de la Pax Romana, ya que observaremos que la mayoría de los asentamientos  que vamos a visitar los vamos a encontrar duplicados con un yacimiento en lo alto de un cerro o una colina y un segundo asentamiento posterior más bajo. ¿Qué quiere decir esto? Que al principio fueron un pueblo desconfiado de Roma (y hacían bien...) con sus oppidium situados en alto, con amplias murallas que constituían bastiones defensivos que ofrecían una gran resistencia contra el enemigo. Por el otro lado podemos encontrar los segundos asentamientos, mucho más bajos y desprotegidos, construidos seguramente durante la paz con Roma, más cerca de los campos, los ríos y las tierras de labor.

El territorio de los Titos ocupaba las actuales comarcas del Jiloca y el Campo de Daroca a la sombra de las sierras del sur del Sistema Ibérico (Menera, Pardos, Caldereros y Santa Cruz) y alrededor de (o mejor dicho; de lo que queda de...) la Laguna de Gallocanta.

Así pues, voy a contaros qué tal me fue en mi particular viaje en el tiempo hacia el territorio de los Titos por el País de la Celtiberia.


Sábado 30/12/2017 - 320 kilómetros.




A poco más de un día de acabar el 2017, el invierno ofrece uno de esos días demasiado buenos como para dejarlos escapar sin cierzo, agua, ni niebla y con unas temperaturas bastante aceptables.
Me pongo en marcha sobre las 11:00 de la mañana tras un almuerzo considerable con los colegas del curro; con este horario tan atípico para salir en moto aprovecharé las horas de luz más productivas del día.

Bajaré desde Zaragoza hasta Calamocha directo; para ello podemos hacerlo por la carretera vieja de Teruel (N-330) hasta Daroca subiendo el Puerto de Paniza como guinda del pastel en un recorrido que ya hemos hecho mil y una veces ( http://avueltasconlamoto.blogspot.com.es/2017/07/paniza-fuendetodos-de-ruta-por-el-campo.html )  ( http://avueltasconlamoto.blogspot.com.es/2014/07/paniza-daroca-teruel-norte-y-otras.html  ). También podemos ir por la autovía directos a Calamocha, dependiendo de la forma en que queramos planificar la ruta.

Por el camino, a pesar del día tan bueno que hace, sí que se llega a notar bastante la fuerza del cierzo hasta bajar Paniza, donde se irá frenando progresivamente hasta prácticamente desaparecer. Respecto a la capital maña, la temperatura ha bajado unos seis grados en apenas 100 kms, pero aún así hace un día espectacular para darle caña a la moto y a los piedrolos.

Una vez en Calamocha, callejearemos para coger el desvío de la A-1507 que nos llevará dirección Tornos - Bello. Cruzaremos el puente sobre el río Jiloca, el mismo que da nombre a la comarca por la que vamos a rodar durante las próximas horas. Circularemos entre un paisaje compuesto por enormes campos de cultivo salpicados a corros por alguna que otra arboleda. La carretera es entretenidilla, pero antes de nada he de decir que la ruta de hoy no se va a destacar por carreteras especialmente reviradas o curveadas, ni por el ascenso a ningún puerto espectacular. Esta vez, y como adelanté en el episodio de los Belos, lo que priman son los yacimientos celtíberos y en el caso de los que venimos a visitar hoy, da la casualidad que se encuentran sumidos en la cuenca de la laguna de Gallocanta, por lo que la ausencia de relieve va a ser la tónica general.

Castillo de Tornos

Ya desde la lejanía irá asomando uno de nuestros primeros objetivos: el Castillo de Tornos, situado sobre un cerro al sur-este de la localidad desde el que se puede contemplar todo el campo de Bello e incluso hasta la laguna de Gallocanta.
Sobre las ruinas del oppidium celtíbero que existió se construyó una nueva fortificación en la época de las guerras entre Castilla y Aragón, por su privilegiada posición en tierras de frontera. Del enclave celtíbero tan solo quedan los vestigios de un muro.



Tal y como hemos comentado al inicio de esta entrada, es común encontrar duplicidad en los asentamientos celtíberos y en este caso así ha sido, pues además del castillo de Tornos, también encontramos el Despoblado de la Ermita de la Virgen de los Olmos, junto a la ermita del mismo nombre.

A la derecha,  el despoblado de la Virgen de los Olmos.

Aprovecho para tirar las fotos de rigor de ambas localizaciones. Tan apenas se conservan restos y ello  tiene la explicación en el hecho de que los romanos levantaran su propio poblado a partir de los materiales de este. Con el tiempo, como ya explicamos en la anterior entrada, durante las guerras Sertorianas los celtíberos se pusieron del lado del perdedor, con las catastróficas consecuencias que ello implicó.

Abandonaremos Tornos dirección El Berrueco y estaremos muy atentos, pues en apenas 5 kms. a la izquierda nos encontraremos con el poblado del Castellar de Berrueco, uno de los enclaves mejor conservados de la celtiberia en Aragón.

Su emplazamiento es único, a la sombra de la sierra de Peña Alta, sobre un saliente que hace las veces de mirador a la cuenca ahora seca que antaño ocupó la Laguna de Gallocanta. Entre la característica tierra rojiza se levantan enormes bloques de piedra que formaban la muralla. El conjunto se encuentra rodeado por los restos del foso y en el interior del poblado se pueden observar los restos de las diferentes estancias que componían el oppidium. El yacimiento se encuentra perfectamente señalizado e incluso cuenta con una serie de paneles explicativos para completar la información de la visita.

Yacimiento del Castellar de Berrueco

Los celtíberos que ocuparon estas tierras aprovecharon el fértil entorno que ofrece la cuenca endorreica de la laguna para el cultivo del cereal, así como la ganadería, la caza y la recolección de frutos silvestres de los bosques aledaños.


Continúo mi camino hacia el Berrueco, donde su castillo albergó restos celtíberos repitiendo la tendencia que hemos encontrado en Tornos (arriba y abajo one more time). Bordeo la laguna de Gallocanta por el noreste atravesando el propio Gallocanta.

Cuando en los telediarios nos hablan de la sequía, el cambio climático y demás historias, siempre nos parece que son algo así como profecías, mitos o simples chismes de ecologistas; a todos ellos yo les animo a que se acerquen a visitar el blanquero de salobre que queda ahora mismo sobre lo que en su día fue la segunda laguna salada más grande de Europa. Este año, apenas 3.000 grullas de las 40.000 que se han llegado a contabilizar han hecho escala en Gallocanta en su proceso migratorio hacia las cálidas tierras de África. Las pocas que vinieron, en el mes de octubre, se marcharon en apenas unas jornadas, tras comprobar que no tenían al agua y los recursos necesarios para su descanso y manutención.

Vista de la laguna de Gallocanta desde el Poblado de El Berrueco

Continúo hasta el cruce con la A-211, una recta aburridísima echada con tira-líneas hasta el cruce con la A-2506, otra recta que nos llevará hasta el municipio de Las Cuerlas. Ahí, justo a la entrada a mano izquierda encontraremos el cerro de San Pedro donde se localiza un poblado en altura y tras cruzar el pueblo y caminear hacia el sur, el castillejo, del cual fotografío un montón de piedras sin señalización alguna. Los caminos están en bastante buen estado, al no haber llovido no encontramos nada de barro y las rodadas de tractor no han marcado los caminos mostrando estos una planaridad casi sorprendente en lo que a caminos agrícolas se refiere.

Continúo bordeando la laguna por una recta hasta Bello, la siguiente población. Por el camino, cuando la carretera no es especialmente entretenida, este que suscribe estas líneas tiene un vicio que es el de pensar. Así pues, esta vez me ha dado por pensar no solo en los habitantes que albergó esta tierra hace más de 20 siglos, sino en los que la habitan hoy en día. Todas estas localidades tienen en común el hecho de que han sufrido un proceso de despoblación impresionante quedando reducidas a 44 habitantes en el caso de Las Cuerlas, 250 en Bello, 35 en El Berrueco, 220 en Tornos o 160 en Gallocanta. Es decir, teniendo en cuenta que en esta comarca se cuenta con dos núcleos fuertes como son Calamocha y Monreal del Campo, que entre ambos suman más de 6.000 habitantes, tenemos una zona con una densidad de población de 7 habitantes por kilómetro cuadrado.

Cerro de San Pedro en Las Cuerlas

He leído por ahí bastantes artículos que sitúan en el interior de España un mapa muy curioso al que bautizan como la "Laponia Española". Casualmente, dicho mapa contiene las provincias en las que se establacieron los protagonistas de mis últimas rutas: los Celtíberos. Qué coincidencia, ¿no?

Puede parecernos que todo este tema de la despoblación es algo que no va con nosotros o que es ley de vida. Pero voy a aportar otro dato muy revelador; el 35% de los habitantes de esta zona tiene más de 65 años. ¿Qué será de las zonas rurales de Teruel, Cuenca, Guadalajara, Zaragoza o Soria de aquí a los próximos 30 años?

Para tratar de frenar esta tendencia de despoblación se ha creado el proyecto Serranía Celtibérica, el cual, desde esta humilde página os animo a visitar  (  http://www.celtiberica.es/ ).

Estoy convencido que con la difusión suficiente y el adecuamiento de los yacimientos celtíberos se puede poner en marcha un turismo cultural, sostenible que ayude a frenar la despoblación en el medio rural del interior de la península.


Volviendo a la realidad que hay fuera de mi casco camino a Odón y Blancas, me encuentro con un simpático jabalí que pace tranquilo en medio de un campo ajeno a las rehalas de perros y cuadrillas de cazadores que he dejado atrás, almorzando en Calamocha.

Me despido de Porky y continúo por las carreteras de mala muerte de la provincia turolense hasta el cruce con la N-211 hacia Monreal y de ahí a la TE-V-9025 que me llevará a uno de los pueblos con mayor número de localizaciones celtíberas que he encontrado: Ojos Negros.

Castillejo de Ojos Negros

Como un contraste negruzco en medio de los campos de cultivo se levanta tras Ojos Negros la Sierra Menera. Ya nuestros amigos los celtíberos escarbaron en sus entrañas para extraer el valioso mineral que escondía y desde entonces, la actividad minera se mantuvo de forma ininterrumpida hasta finales de los años 80. Con el hierro de Sierra Menera y del Moncayo, los celtíberos forjaron las más espectaculares armas que jamás había sido capaz de construir el hombre hasta la fecha.

Incluso los propios romanos quedaron obnubilados por la calidad de las espadas de antenas celtíberas, con su forma punzante y su doble filo, llegando a copiarla para incorporándola al armamento de sus legiones, conocida como es la gladius hispaniensis.

A un kilómetro aproximadamente del pueblo, encontramos el desvío que nos llevará por camino de tierra hasta el yacimiento de Torregabasa, al cual accedo, pero por duendes de la tecnología no logro fotografíar. Es un yacimiento situado en lo alto de una loma del que se conservan los restos de un muro de mampostería y un pequeño foso.

Regresando a la carretera y a unos 200 - 300 metros del pueblo encontramos un segundo yacimiento, el del castillejo, como su propio nombre indica, es un asentamiento en ruinas sobre un montículo muy parecido a los encontrados en Tornos y Las Cuerlas.

Al fondo, las Salinas de Ojos Negros.

Atravesando el pueblo, por fín subiremos algo parecido a un puerto de montaña, con una carretera en perfecto estado, con 3 curvas de herradura y coronado por un Molino de Viento como los típicos que siempre nos vienen a la mente cuando pensamos en un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme...

Tras bajar el puerto nos encontramos con el desvío a las Salinas, donde se localizan hasta dos cerros poblados. Aprovecho desde la altura del puerto del Molino para tirar unas fotos al asentamiento. Además de la explotación minera de la zona (que se mantuvo hasta los años 80 del pasado siglo XX), cabe destacar el aprovechamiento de la sal, el cual se realizaba en las balsas que hay junto a los yacimientos de las salinas. De ahí obtenían los celtíberos la sal con la que conservar los alimentos y de la que obtenían los nutrientes necesarios tanto para el consumo animal como para el humano.


Puerto del Molino en Ojos Negros

Dejo Ojos Negros atrás volviendo a subir el puertecillo de Molino y me dirijo hasta Monreal del Campo por la N-211. Ahí enlazo con la N-234 dirección Zaragoza para llegar a Caminreal, donde visitaré el espectacular yacimiento de la Caridad. El yacimiento se encuentra junto a la vega del Jiloca siguiendo la carretera de la Estación en un itinerario perfectamente señalizado.

Yacimiento de La Caridad en Caminreal

Los restos de esta ciudad que bien podría atribuirse a la desaparecida Orosiz son los restos de una ciudad celtíbera con gran influencia romana.
Su trazado urbanístico, sus calles, la disposición de sus casas, sus aceras... Todo respira influencia romana por los cuatro costados. Entro a visitar esta ciudad a través de un vallado que encuentro abierto y aprovecho para fotografiarla. Se trata de una enorme ciudad de 12 hectáreas de extensión en la que se encontraron valiosísimos restos romanos, entre los  que destaca el de una catapulta, que ha resultado ser de vital importancia para el estudio de las armas de asedio de la época.
Aunque de influencia romana, se insiste en que los pobladores fueron indígenas (celtíberos) por todas las inscripciones encontradas. La ciudad acabó destruida en las guerras Sertorianas allá por el 74 a.c.



A 7 kilómetros de Caminreal dirección norte encontramos la última parada de nuestra ruta: El Poyo del Cid (The Chicken of the Cid que dirían los Gandules...). Ahí encontraremos una de las lomas con más historia de Aragón: El Cerro de San Esteban.

Como su propio nombre indica, el Poyo del Cid fue lugar escogido por Rodrigo Díaz de Vivar para asentar su campamento, desde el cual lanzó varias ofensivas, destacando aquella que le llevó a derrotar al Conde de Barcelona, Ramón Berenguer. A la entrada del pueblo, una estatua del Cid recibe al visitante.

Aunque antes que el Cid, el cual dejó su impronta en el nombre de la localidad, es preciso mencionar el poblado celtíbero que se situó más de 1.000 años antes sobre el poyo y posteriormente la ciudad romana de Lanka Leónica, que llegó a ocupar más de 10 hectáreas perfectamente amuralladas en la época de Claudio Nerón. Se ha especulado con que dicha ciudad fuese el resultado de la reubicación de los habitantes del poblado de La Caridad, en Caminreal, tras su destrucción en las Guerras Sertorianas.

El Poyo del Cid; al fondo el Cerro de San Esteban

Ya llevo unas cuantas horas rodando por ahí y me limito a fotografiar el poblado desde abajo. De ahí regreso a la autovía y emprendo mi particular viaje en el tiempo por el País de la Celtiberia a la realidad del último día de un 2017 con muchas cosas buenas, pero con un par de pérdidas muy importantes que han hecho que me quede un sabor muy amargo al pensar en lo que ha sido para mí este año.

Así pues, quiero dedicar esta entrada a la memoria de mi amigo Víctor, ahí donde estés se que ruedas a mi lado. Hoy me he ido a dar una vuelta por tu tierra, por el Jiloca y sé que esta ruta hubiese sido de las que hubiésemos hecho juntos con parada técnica en Burbáguena...




Conclusiones de la Ruta:

Como ya he dicho antes, no es precisamente la mejor ruta si lo que se está buscando es 100% moto, curvas, carreteras... Estamos hablando de una zona muy llana, que se mueve entre las provincias de Zaragoza y Teruel, con las calidades del firme y el abandono que esto supone.

Sin embargo, a nivel arqueológico-histórico esta zona es una auténtica barbaridad en lo que a número de yacimientos de la época celtíbera se refiere. Apenas he terminado esta ruta y ya he localizado hasta 4 yacimientos que "se me han escapado" en Fuentes Claras, Gallocanta, Bello, Torralba de Sisones... He de reconocer que algunos de estos restos de poblados a veces son unas montoneras de piedras que no terminas de tener claro si son restos de un oppidium o una escombrera, por lo que creo que los que he visitado son al menos los más representativos de la zona.
Recomiendo y animo desde estas líneas a aquellos en los que se haya despertado un mínimo de curiosidad a vistarlos y conocer esta zona que tenemos tan cerca de casa.




Enlace a la ruta en Google Maps:

https://www.google.es/maps/dir/Zaragoza/Calamocha/Gallocanta/Las+Cuerlas/Ojos+Negros/Monreal+del+Campo/El+Poyo+del+Cid/Zaragoza/@41.2026299,-1.5519456,129556m/data=!3m1!1e3!4m50!4m49!1m5!1m1!1s0xd5914dd5e618e91:0x49df13f1158489a8!2m2!1d-0.8890853!2d41.6488226!1m5!1m1!1s0xd5c22319619871d:0xdb4a62d129e6f1c5!2m2!1d-1.299939!2d40.9173028!1m5!1m1!1s0xd5c14dafa41c683:0x504de883a220e41d!2m2!1d-1.5081555!2d40.9974276!1m5!1m1!1s0xd5c6a616b50285b:0x4018c6508cfb9a0!2m2!1d-1.5693045!2d40.9581432!1m5!1m1!1s0xd5c3648cb9784d9:0x775283ea328db9cb!2m2!1d-1.5002911!2d40.7378197!1m5!1m1!1s0xd5c25583b36bea1:0x8808a98550cb7e2!2m2!1d-1.3469247!2d40.7688305!1m5!1m1!1s0xd5c2371651e60b1:0xa018c67a2b5e2e0!2m2!1d-1.3330645!2d40.8847162!1m5!1m1!1s0xd5914dd5e618e91:0x49df13f1158489a8!2m2!1d-0.8890853!2d41.6488226!3e0





Sobradero de fotos:






Tornos




El Berrueco
















Bello

Castillejo de Las Cuerlas




Porky escarbando en un campo

Cerro de San Esteban en el Poyo del Cid





















1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo en lo de difundir este turismo cultural. Seguramente somos muchos los interesados. El enlace es interesantísimo. Me gusta recorrer en moto la zona entre Soria, Guadalajara y Zaragoza, por su enorme contenido histórico y paisajístico. Muy buen reportaje. Gracias. V´ssssssssssssss

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